°C -
|

La Jornada

Últimas noticias
Anuncio
Anuncio
Anuncio

México SA

26 de enero de 2024 07:32

Un par de anécdotas pintan de cuerpo entero a Ernesto Zedillo, héroe de la oligarquía nacional, quien ahora, en su fugaz paso por México, se queja amargamente de que cada que algún político no entiende algunas cosas y quiere insultar a alguien, le dice neoliberal. Ambas tienen que ver con asuntos de dinero y de prioridades durante su estancia en Los Pinos, y dan puntual cuenta de su proceder.

La primera (30 de octubre de 1998), durante una gira de trabajo por el estado de México. Rosa Elvira Vargas, reportera de La Jornada, lo reseñó así: “Emocionada, una anciana alcanzó a mostrar la servilleta de manta bordada con la imagen de la Virgen de Guadalupe que pretendía vender al presidente Ernesto Zedillo. El mandatario, casi sin detenerse, respondió tajante: ‘no traigo cash’, y para demostrarlo mostró el forro vacío del bolsillo derecho de su pantalón. Fue todo. Esta era la culminación de su gira de trabajo por la entidad y donde, como suele suceder por estos lares, sus caminos lo llevaron de la extrema opulencia de los nuevos consorcios comerciales e industriales, a la ofensa de la miseria y el acarreo”.

Narró Rosa Elvira Vargas: “Y es que aquí, en Tejupilco, para la inauguración de la Universidad Tecnológica del Sur, el gobierno del estado dispuso el traslado de más de seis mil campesinos, mujeres, niños y bebés de pocos días de nacidos, que oyeron hablar de excelencia académica, tecnología y modernos laboratorios cuando ellos, los hombres del campo, según encuesta al paso, ni siquiera saben leer y escribir. Por la mañana temprano, en las nuevas instalaciones de la Universidad Autónoma del Estado de México en Texcoco, Zedillo y todos los presentes oyeron un clarito ‘¡Viva el EZLN!’, que echó a tierra la ceremonia de autocomplacencias”.

La segunda se dio a lo largo de todo su sexenio, con énfasis entre enero de 1995 y diciembre de 1998 –con la complicidad del Partido Acción Nacional y su entonces dirigente, Felipe Calderón–, cuando ilegalmente y sin decoro alguno utilizó el cash de la nación para rescatar y salvar al gran capital, vía el Fobaproa, y trasladar esa voluminosa deuda privada a todos los mexicanos, para quienes nunca tuvo cash.

Los mexicanos sin cash le mentaron la madre a más no poder –se la siguen mentando, porque, si bien va, terminarán pagando esa deuda privada en el año 2070–, pero los oligarcas lo ovacionaron, le rindieron pleitesía y lo catalogaron como el mejor presidente (prácticos que son, dijeron lo mismo de Salinas, Fox, Calderón y Peña Nieto, porque con ellos las privatizaciones, los rescates, los excesos y el uso de recursos públicos para fines privados fueron la norma y los pagadores los mismos).

Al concluir su sexenio y satisfechos todos los excesos de la oligarquía, Zedillo agarró chamba con una de las trasnacionales beneficiadas por la privatización de los ferrocarriles y se fue a vivir al extranjero. Como bien apunta la crónica de La Jornada (Braulio Carbajal), “en un ambiente de hermetismo (y rodeado de guaruras) … luego de 20 años fuera de la vida pública de México, ayer reapareció el ex presidente y lo hizo acompañado del derechista José María Aznar, ex jefe del gobierno español (y protector de Felipe Calderón), para hacer un llamado a la ciudadanía a proteger la democracia” ( oligocracia, en realidad). Eso sí, su queja fue amarga: cada que algún político no entiende algunas cosas y quiere insultar a alguien, le dice neoliberal.

No es gratuito que el presidente López Obrador subraye que es lógico que las minorías beneficiadas por Zedillo lo sigan apoyando; ¡cómo no, si les entregó todo: los rescató de una crisis; es un representante de la oligarquía! El de “no traigo cash”, dijo el mandatario, piensa que eso es lo que funciona; cuando él estuvo de presidente no hubo democracia; él gobernó para la minoría, para los de arriba, no para el pueblo, y su gobierno fue faccioso; si fuera democrático no hubiera convertido la deuda de unos cuantos en deuda pública; ¿quién piensa y actúa así? Un oligarca; un demócrata dice: vamos a rescatar al pueblo.

Las rebanadas del pastel

Si de demócratas se trata, ahí está el circo, sus payasitos y el reparto del pastel. Propuestas prianistas (plurinominales, desde luego) para la próxima legislatura: Manlio Fabio Beltrones, Aurelio Nuño, Ricardo Anaya, Marko Cortés, Rubén Moreira, Germán Martínez (otra vez blanquiazul), Alito Moreno, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, Kenia López Rabadán, Josefina Vázquez Mota, Margarita Zavala, Gabriel Quadri y así por el estilo, ¡Qué cara más dura!

Twitter: @cafevega

 
 


Isocronías

15 de mayo

México, SA

IED, récord por reinversión

Astillero

Ante INE, "rosa" acepta partidismo
Anuncio