Opinión
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Los de abajo

Tras ocho días presos, liberan a dos zapatistas tsotsiles

México SA

Zedillo y su mayoría // Barones rescatados // Mexicanos pagadores

Gloria Muñoz Ramírez
Carlos Fernández-Vega
Migrantes: las dos crisis
L

a llegada masiva de migrantes a la Ciudad de México en los años recientes plantea importantes desafíos, entre los que cabe destacar la crisis de falta de espacios suficientes y adecuados para albergar a quienes eligieron la urbe para reconstruir sus vidas o quedaron varados aquí a causa del endurecimiento de las políticas antimigratorias en Estados Unidos. De forma paralela a esta problemática, que toca resolver a las autoridades locales y federales, se desarrolla una mucho más inquietante por sus implicaciones: la crisis de falta de empatía, insolidaridad y xenofobia encubierta entre ciertos sectores de la sociedad capitalina.

El Correo Ilustrado

Pide buscar una estrategia para liquidar deuda del Ipab

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a falta de claridad y veracidad para entender el cómo y el porqué uno de los Chicago boys solícito e impulsor del neoliberalismo en México, junto con otros, fraguó el comienzo del endeudamiento que desde 1995 y años corrientes se paga –la inflada deuda–, que hasta hoy padecemos y no se sabe hasta cuántas generaciones de mexicanos continuarán cubriéndola.

Día Mundial de la Libertad de Prensa
L

ibertad de expresión frente a la revolución de la inteligencia artificial

No tiene la culpa el indio...
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a primera vez que oí hablar a don Ernesto Zedillo Ponce de León fue en 1992, cuando vino a Guadalajara para participar, en nombre del Gobierno de la República, a efecto de conmemorar algo que carecía por completo de sentido: el Bicentenario de la Real y Literaria Universidad de Guadalajara, misma que había desaparecido por completo del mapa más de 120 años antes, no tuvo una existencia continuada desde 1792, ni dio nunca buenas señales de vida.

Antonio Guterres *
José M. Muriá
Fluir
N

o voy a ir a votar porque siento que nadie me representa. Esta frase, que se escucha cada vez que se aproxima una elección –histórica– como la que tendremos en un mes para renovar uno de los poderes de la República, implica un tipo de despolitización que lo mismo se oye entre universitarios que entre ensayistas muy connotados. Se vincula con otros prodigios de la cultura de la inmediatez. No me representa está relacionado con escribir un libro sin haber leído otros libros o, como dijo Martin Amis, la idea de que uno tiene una novela dentro es, en realidad, la idea de que uno tiene recuerdos propios. Tal y como, desde hace 250 años, la novela se escribía en tercera persona y, de pronto, en los años 70 del siglo XX comenzó a hacerse desde la primera persona; así, igual, lo público dejó de ser un ejercicio de imaginación donde uno pertenece a una patria y reconoce como iguales a personas a las que nunca va a conocer, para dar paso a la política como identificación y, por supuesto, a la imposibilidad de que alguien que no sea yo mismo pueda representarme.

Siete lecciones a la luz de una vela
E

l lunes todo se apagó en la península ibérica. Nos dimos cuenta de forma gradual y al mismo tiempo rápida. No era la primera vez que se iba la luz en casa. Que se fuese en todo el edificio ya fue más raro. Ver a todos los vecinos de la calle salir al balcón a ver qué ocurría resultó definitivo. Todo se paró. Hasta los relojes tuvieron reparos en seguir contando segundos. Quietud absoluta y, al mismo tiempo, cierta inquietud. ¿Qué ha ocurrido? Una primera constatación: no sabemos vivir sin electricidad.

Fabrizio Mejía Madrid
Beñat Zaldua
Cien días de Trump 2.0: una mirada atrás
A

cien días de la nueva presidencia de Trump –el 45 y el 47 presidente de Estados Unidos y sólo el segundo en ganar dos mandatos no consecutivos después de Grover Cleveland (1885-1889 y 1893-1897)–, un punto en el que los comentaristas tradicionalmente se ponen a evaluar cada nueva administración, entre una avalancha de balances (n9.cl/xaaiy5, n9.cl/uwarx, n9.cl/tamgqa, n9.cl/abk4v) que ante mucho caos, disrupción pero menos resultados reales –salvo la radicalización de la agenda migratoria reaccionaria y la caza de brujas neomacartista– dependen más de qué tanto uno toma en serio la propia retórica trumpista, tal vez una mirada analítica atrás a su primera presidencia sería útil para pensar en el presente.

México se seca y también se enferma: entre comida chatarra y la falta de lluvias
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ientras Sonora se agrieta bajo el sol y los bebederos de las escuelas públicas permanecen vacíos, los niños mexicanos enfrentan una doble tragedia: sed y mala alimentación. En vez de agua limpia, beben refresco. En lugar de alimentos saludables, encuentran comida chatarra. Y mientras tanto, quienes deberían estar preocupados por la salud de las y los niños parecen más interesados en las urnas.

Maciek Wisniewski
Pablo Martínez*
Edición y antifascismo en México
¿H

asta dónde debe llegar el compromiso de los intelectuales con la sociedad y su participación en un proceso revolucionario? ¿Basta con que el escritor cree para satisfacer su necesidad de expresarse, o sus obras deben estar al servicio de la sociedad? Cada lector responderá estas preguntas según su conciencia y filiación ideológica, pero durante la Gran Guerra Patria más de mil escritores soviéticos decidieron participar en la guerra contra el fascismo; de ellos, cerca de 400 no regresaron y 18 fueron condecorados con el título deHéroe de la Unión Soviética.

La oligarquía tecnológica en 100 días
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l experimento de las titanes tecnológicas de besarle el anillo a Trump no resultó como esperaban. En los primeros 100 días de su gobierno las megaempresas ahora llamadas Los siete magníficos (Apple, Microsoft, Amazon, Alphabet –dueña de Google–, Meta, Nvidia y Tesla) han tenido pérdidas significativas en el valor de sus acciones debido principalmente a las políticas de Trump de imponer aranceles por doquier y especialmente a China. También se puso de relieve que China lleva la delantera en muchos aspectos de la producción tecnológica, incluso relacionada a estas empresas globales.

Ángel Chávez Mancilla*
Silvia Ribeiro
Pink Floyd, Gilmour: sincronicidad
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n meses recientes, gracias al zapeo aleatorio, encontré varias veces en uno de los canales de música de la televisión (que son 99 por ciento basura impresentable) la grabación de un concierto de rock de alto nivel que, finalmente, pude ver completo. Ocurrió en el Royal Albert Hall de Londres en el lejano 2006, y llevó por nombre Remember that night (Recuerda esa noche). El personaje central, un muy maduro David Gilmour, guitarrista de Pink Floyd y, a su alrededor, una banda de lujo, de alto octanaje musical y perfectamente ensamblada con el protagonista. Su cómplice principal: Richard Wright, quien fuera el tecladista de Pink Floyd y con quien, evidentemente, todavía se entendía perfectamente. Un extenso y variado concierto en el que, sí, hubo despliegue de efectos lumínicos, rayos láser y demás parafernalia propia de ese tipo de tocadas. Pero, dato fundamental, los efectos eran complemento, no lo principal del asunto. A diferencia de una buena proporción de los conciertos masivos de hoy, que abusan de lo escénico para mal ocultar las evidentes carencias musicales de sus protagonistas, en Remember that night el centro fue la música, mucha y muy buena música. Desfilaron esa noche algunas de las canciones emblemáticas del Pink Floyd maduro, junto con creaciones recientes de Gilmour, y dos cosas fueron muy evidentes: que Gilmour seguía siendo uno de los grandes guitarristas de la historia del rock, y que las rolas que cantó con el apoyo vocal de Wright seguían sonando, cómo no, al mejor Pink Floyd de antaño. La banda, formada por músicos de primera, destacando entre ellos el guitarrista Phil Manzanera (ex Roxy Music), el bajista Guy Pratt (yerno de Wright) y el saxofonista Dick Parry, quien 33 años antes había tocado el legendario solo de saxofón en Money, del álbum Dark side of the moon. En momentos selectos de la sesión, Gilmour se valió de la presencia de invitados imperdibles: gran experiencia, escucharlo cantar a cappella con David Crosby y Graham Nash; sensacional, verlo acompañado de David Bowie; estelar también la presencia de Robert Wyatt tocando nostálgicamente la trompeta. Otro mérito de Remember that night es que, también a diferencia de lo que hoy es costumbre, no hubo nada del insulso parloteo de las estrellas de estos tiempos, nada de chistes públicos o privados, nada de discursos lloradores: sólo gran música, la presentación de los miembros de la banda, discretos agradecimientos a la audiencia, y nada más. De la combinación de todo ello se desprende un contexto de madurez y buen añejamiento de Gilmour y Wright, así como la demostración visible y audible de que a un gran concierto de rock sólo le hacen falta buenos músicos y buena música; el resto es ruido.

Juan Arturo Brennan