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Tomas clandestinas en redes

Duranguenses caminan hasta seis kilómetros por una cubeta de agua

Se instalarán tinacos de 10 mil litros en colonias: edil

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▲ Habitantes de varias localidades de Durango, especialmente en zonas rurales, recorren largas distancias para llevar agua a sus hogares. La imagen fue captada en la comunidad de El Pino, ubicada entre la capital del estado y el municipio de Pueblo Nuevo.Foto Saúl Maldonado
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 29 de marzo de 2024, p. 23

Durango, Dgo., Habitantes de los municipios de Pueblo Nuevo y Mezquital caminan hasta seis kilómetros para conseguir una cubeta de agua, aseguró la directora de la Comisión del Agua estatal, Yadira Narváez, quien indicó que se han detectado tomas clandestinas en redes generales, de las cuales se roba el líquido para uso agrícola.

Según la funcionaria, el acuífero duranguense no se recargó el año pasado, lo que generó estrés hídrico en las regiones urbanas y sobre todo en zonas rurales, donde ha sido necesario perforar a más de 200 metros de profundidad para obtener agua.

Acotó que hay sitios que se abastecen gracias a galerías filtrantes que salen de ríos, o de aguas superficiales como represas. Antes este líquido era bombeado para llevarlo a las comunidades, pero ahora escasea.

Se buscan fuentes alternas como manantiales en varias comunidades de los municipios de Mezquital y Pueblo Nuevo, cuyos pobladores deben caminar hasta seis kilómetros por una cubeta de agua, señaló Narváez.

La directora de la Comisión del Agua señaló que localidades como El Salto, cabecera de Pueblo Nuevo, anteriormente se abastecían de fuentes superficiales como la presa La Rosilla, que hoy se encuentra seca. Por eso se han buscado en esa demarcación veneros alternos para obtener fluido.

Además, El Salto padece desabasto por un crecimiento desordenado y una orografía difícil; asimismo, tiene una potabilizadora extraordinaria que se no utiliza, comentó.

Narváez expuso que se han encontrado tuberías conectadas de forma ilegal a tomas de agua de áreas urbanas a fin de usar el líquido para riego forestal o agrícola, problema que, dijo, se está corrigiendo.

Por lo pronto, la localidad de El Carrizo, a 49 kilómetros de Pueblo Nuevo, en plena zona serrana, no tiene agua y sus 100 habitantes salen a buscarla a manantiales.

Narváez reconoció que los pobladores acarrean cubetas a pie o en burros. La gente ya tiene ubicados los manantiales, y si al llegar ven que no hay agua, van al que sigue y en cada viaje aprovechan para traer varias cubetas, detalló.

Lo mismo sucede en la zona indígena, donde la principal fuente de suministro para muchos poblados son manantiales u ojos de agua ubicados a varios kilómetros de sus viviendas.

La gente tiene que caminar para poder abastecerse; esto sucede todos los años, pero cuando se vive sequía, como ahora, las distancias para acarrear agua se incrementan. Hay que ir de ojito en ojito buscando dónde hay; la gente se ha acostumbrado a vivir así, comentó Bernabé Aguilar, diputado de origen wixárika.

Lamentó que así tengan que vivir muchas comunidades indígenas de Mezquital, en las cuales, afirmó, se requiere de un esquema mecanizado y sistematizado para acercar agua potable a las comunidades. Aunque reconoció que es caro llevar infraestructura a caseríos de menos de 100 habitantes, algo se tiene que hacer.

Omar Chaparro Gándara, alcalde de Pueblo Nuevo, apuntó que se envían pipas de agua a más de 3 mil habitantes de la cabecera municipal, cifra que podría aumentar a medida que avance la temporada de estiaje.

Destacó que se trabaja en la instalación de tinacos de 10 mil litros en algunas colonias de la cabecera, y adelantó que se planea resolver la falta del recurso con una represa. Asimismo, está a punto de concretarse la adquisición de un terreno y se gestionan recursos a estatales para construir el embalse.