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El éxito es la red de afectos que uno construye

Gustavo Rodríguez presenta hoy Cien cuyes, novela que aborda la vejez con humor y ternura

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▲ En las obras del escritor peruano Gustavo Rodríguez siempre hay latidos de que una luz puede encenderse. Mis protagonistas no se encuentran en un callejón sin salida.Foto Luis Castillo.
 
Periódico La Jornada
Jueves 1º de junio de 2023, p. 5

En nuestras sociedades desiguales no existen las condiciones económicas ni de soporte emocional necesarias para tener una vejez digna. La novela Cien cuyes echa un vistazo a esta situación, dijo a La Jornada su autor, el peruano Gustavo Rodríguez.

El narrador añadió que su texto, que será presentado hoy en la Ciudad de México, aunque suena triste o fúnebre es tragicómico porque decidí insuflarle humor y ternura a sus personajes y a sus circunstancias.

Refirió que poco antes de cumplir 50 años se empezó a preocupar de la vejez como un proceso al que se iba acercando, porque uno ve a sus mentores, a sus padres, languidecer, pero desde un punto de vista social; cuando empecé a escribir sobre eso me di cuenta.

Sobre el título, con el que ganó el Premio Alfaguara de novela más reciente y fue editado por ese sello, Rodríguez (Lima, 1968) añadió que “tenía la preocupación por el tema y algunas figuras de ancianos y ancianas solitarias dando vueltas por mi cabeza, incluso tenía un cuento con una de ellas, pero no fue hasta que se me ocurrió el personaje de Eufrasia que terminó uniendo todas estas historias”. El autor supo cómo se llamaría la obra cuando creó un diálogo en el que se define el dilema moral de la protagonista ante la muerte asistida: “‘¿Debería cobrar por hacer una tarea que haría por amor?’ Al darse cuenta de que es pobre, esa disyuntiva va aterrizando hacia una salida elegante. Cien cuyes es una metáfora de esa solución”.

El mecanismo de esta narración es una frecuente repartición de cartas, es decir, cuando piensas que va por aquí, reparto nuevamente y hay otro impulso y luego otro y otro. Quería que la novela empezara con dos ancianos solitarios y después que se fuera hacia una aventura más coral, grupal y de aire libre, agregó.

En la escritura del libro, reafirmó intuiciones como “que no hay mayor señal de éxito que la cantidad de personas que están dispuestas a abrazarte espontáneamente. Llega una edad en la que te das cuenta de que haber pensado que el ‘éxito’ es una acumulación de dinero, bienes o diplomas es un error. Lo que termina pesando es la red de afectos que has construido a tu alrededor.

“Hay académicos, millonarios y famosos muy infelices; en cambio, hay gente que no tiene ninguno de esos tres ‘logros’, pero lleva una vida armoniosa y plena porque viven abrazados por quien los quiere.”

Reseñó que, sin proponérselo, consignó en su relato la noción de que nuestra vida responde a la cadena de relaciones que hacemos sin percibirlo. La vida de una persona puede ser distinta de la que hubiera tenido de haber contactado a otra gente en su pasado. Ahí es donde me debato: ¿la red de contactos que hace uno es azarosa o voluntaria? No tengo una respuesta para eso.

En sus obras, aseveró Rodríguez, “al final siempre hay latidos de que una luz puede encenderse. Mis protagonistas no se encuentran en un callejón sin salida. En Cien cuyes eso se ha visto potenciado, quizá porque los temas que toca son muy densos y no muy queribles. Para llevarles la contraria, decidí añadirle comedia al drama y optimismo al pesimismo”.

Pudor latinoamericano

Estamos acostumbrados, como sociedades que han sido colonizadas, a tener el punto de vista de quien sí se arroga el derecho de mostrarnos sin tapujos su cotidianidad. Los latinoamericanos no solemos sorprendernos cuando de Europa o de Estados Unidos nos sueltan sus modismos, sus cualidades con desparpajo, pero cuando deberíamos hacer lo mismo nos da cierto pudor.

En ese sentido, pidió que el esfuerzo de entender al otro también sea retribuido: “la literatura puede servir para saltar esas brechas. Los países más grandes y con mayor industria cultural tienden a ser más entendidos en otros lugares.

Como peruano entiendo mucho más los mexicanismos que los mexicanos los peruanismos por la diferencia en la producción cultural o audiovisual. Nosotros usamos muchas cosas mexicanas. Las hemos asimilado bien. Ojalá hubiera más intercambio entre nosotros.

Cien cuyes se presenta hoy a las 19 horas en Casa Lamm (Álvaro Obregón 99, colonia Roma, CDMX).