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De la otra ciudad

Empresa familiar lleva 10 años de fabricarla

Cerveza de amaranto, una bebida artesanal nacida en Xochimilco

Con apoyo oficial han disminuido el tiempo de producción, pero aún deben resolver escollos

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▲ Víctor Manuel Jiménez, productor de amaranto de Xochimilco, muestra su cooperativa, ubicada en el pueblo de Tulyehualco, en la que fabrica la cerveza artesanal Ara, hecha con amaranto.Foto Roberto García Ortiz
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▲ Víctor Manuel Jiménez, productor de amaranto de Xochimilco, muestra su cooperativa, ubicada en el pueblo de Tulyehualco, en la que fabrica la cerveza artesanal Ara, hecha con amaranto.Foto Roberto García Ortiz
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▲ Víctor Manuel Jiménez, productor de amaranto de Xochimilco, muestra su cooperativa, ubicada en el pueblo de Tulyehualco, en la que fabrica la cerveza artesanal Ara, hecha con amaranto.Foto Roberto García Ortiz
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▲ Víctor Manuel Jiménez, productor de amaranto de Xochimilco, muestra su cooperativa, ubicada en el pueblo de Tulyehualco, en la que fabrica la cerveza artesanal Ara, hecha con amaranto.Foto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Domingo 5 de marzo de 2023, p. 29

A casi una década de haber empezado con la producción de cerveza artesanal a base de amaranto, en el pueblo de Tulyehualco, alcaldía Xochimilco, Víctor Manuel Jiménez Argumedo muestra con orgullo la planta procesadora con capacidad de 250 litros que le permitirá reducir el tiempo de fabricación de su bebida en más de un día y medio.

Explica que normalmente la elaboración de esta cerveza requería entre siete y ocho horas, más un día extra por el proceso de enfriado; ahora todo lo realiza en tres horas, además de que cuenta con una maquina embotelladora con la que podrá llenar cuatro garrafas de su producto por minuto.

Cinco integrantes de su familia forman parte de esta cooperativa con razón social Cerveza Artesanal Ara SC de RL de CV, quienes además de intervenir en la fabricación del brebaje a base de amaranto, con esa semilla elaboran galletas y botanas como churritos, las cuales combinan con zanahoria, betabel, espinaca, cúrcuma, quinoa, sal y limón.

Apenas en 2022 fueron beneficiarios del subprograma Fortalecimiento de Empresas Sociales que instauró la Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo, por medio del cual recibieron un apoyo económico de 120 mil pesos con el fin de adquirir la planta y la pequeña embotelladora, un equipo de refrigeración y bombas de acero inoxidable, comenta Jiménez Argumedo.

Contar con estas herramientas de trabajo les ha permitido reactivar su pequeña empresa cooperativa tras la pandemia de covid-19. Explica que hasta antes de que se presentara la emergencia sanitaria producían alrededor de tres lotes de cerveza a la semana, que son aproximadamente 60 cajas, labor en la que intervenían entre 10 y 15 personas; una vez que las actividades disminuyeron, su fabricación se redujo a 30 cajas semanales hasta 2021.

Este modesto jefe de familia quien durante ocho años fue jefe de tráfico foráneo en una compañía de productos de belleza, comenta que esta cooperativa es un proyecto de familia a la cual inculcó seguir la tradición de sus abuelos como productores de amaranto, una labor ancestral en el pueblo de Tulyehualco, pero al mismo tiempo que fuéramos transformadores, diferentes a todos los demás.

Es así que cuando su hijo Cristian Jiménez Díaz terminó la carrera de ingeniero bioctecnólogo, se encargó de diseñar una fórmula para hacer una cerveza con amaranto, y actualmente se encarga de los estudios de inocuidad y los detalles de su especialidad para mejorar la cerveza.

En este esfuerzo familiar también participa su papá Telésforo Jiménez López, de 84 años, quien se encarga de etiquetar el producto, su hijo Daniel busca clientes, al igual que su esposa: Finalmente todos hacemos de todo.

La cerveza Ara, llamada así en honor a su cónyuge Araceli, contiene gracias al amaranto seis por ciento de proteínas lo que es algo benéfico para la salud. El precio de cada botella de esta peculiar bebida es de 30 pesos.

En cuanto a las complicaciones que enfrenta esta cooperativa familiar, una es la comercialización, de las cosas que nos pega mucho a los pequeños productores es la distribución, por ejemplo, un envió a Puebla puede demorar hasta ocho días; realmente no tenemos la facilidad de mandar los pedidos a cualquier parte de la República o donde sea, ya que es un servicio muy caro.