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Ciudad perdida

García Luna, el gatillero neoliberal

E

n la silla de los acusados de un juzgado de Estados Unidos, señalado de narcotraficante, está Genaro García Luna, pero lo que habrá de quedar al descubierto, ahí mismo, es la forma de gobernar de los dos partidos hegemónicos en una parte importante de la vida política de México: el PRI y el PAN.

Ese PRI y ese PAN, los mismos que ahora quieren gobernar el país sin otra oferta que la que hoy tiene al borde de la cárcel perpetua a uno de sus operadores, tal vez al más importante.

Por eso, aunque es de mayor importancia su juicio, no se debe olvidar que en lo formal sólo se le aplicará la ley por aquello que se supone hizo en aquel país, al parecer bajo la complicidad de algunos o muchos funcionarios del gobierno de Estados Unidos, pero por nada de lo que ocurrió aquí en México.

No obstante, debe darse mucha luz respecto de lo que sucedió o podría suceder en un gobierno de los signos de la actual oposición. Condenarlo sólo por narcotraficante parecería muy poco, casi nada. Todos, en todos lados, saben quién era García Luna en términos del poder que le otorgaron los presidentes del tricolor y los azules. El daño que causó a México fue inconmensurable: secuestros, desapariciones forzadas, asesinatos, la lista tampoco sería fácil de enumerar, pero todo ese sufrimiento no fue mas que el producto de una forma de gobierno.

Primero fue Vicente Fox quien le permitió crear el huevo de la serpiente: la Policía Federal Preventiva, y además dijo que García Luna hizo un trabajo maravilloso. Fox, no obstante su incesante estulticia –no califico, describo–, con mucho miedo trató de explicar que no tuvo ninguna relación con el jefe de su policía, pero a nadie convenció.

Luego fue Felipe Calderón. Las declaraciones que señalan al ex presidente como beneficiario directo de la corrupción entre el narco y García Luna se han descrito ya en varias instancias, lo mismo en relatos periodísticos que en, por ejemplo, el juicio contra El Chapo.

Con Peña Nieto, pese a que dejó el gobierno, se dice que creó una red de desvío de fondos que llevó a obtener recursos ilícitos por más de 2 mil millones de pesos, es decir, operó en toda esa administración, aunque en forma paralela.

Entonces sí, de eso que lo acusan, es verdad, queda claro, pero lo que seguramente no se dirá es que él es el representante de lo que pasa en las presidencias que encabezan panistas y priístas.

Ese juicio no se dará, y menos en el país que catapultó, junto con Inglaterra, el neoliberalismo, pero es lo que debería discutirse, a fin de cuentas, si usted me lo permite, yo diría que Genaro García Luna no fue más que el gatillero del neoliberalismo, y nada más.

Por lo pronto, lo que debemos entender es que en la silla de los acusados también están el PRI y el PAN, más los azules que los tricolores, pero los dos juntos, eso sí es cosa juzgada.

De pasadita

Para muestra de lo que significa en realidad la derecha que se está reorganizando en la Ciudad de México, habría que darse una vuelta por el tianguis que se instala en avenida Cuauhtémoc y Doctor Navarro.

Ahí, sin tapujos y con el consentimiento de la alcaldía Cuauhtémoc, se instala un puesto en donde las banderas del nazismo se muestran en toda su anchura.

El nazismo no es un eslogan, el nazismo es la teoría que utiliza la derecha para tratar de dominar a la población a base del falsos discursos, de la segregación, la discriminación, de la invitación al genocidio.

Es muy probable que la alcaldesa no tenga idea de lo que es el nazismo, pero eso no vale para que en la Ciudad de México exista una propuesta como la que se hace en ese tianguis. Aguas.

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