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Personas con falla pulmonar o cardiaca grave, candidatas a tratamiento de última generación

Su elevado precio y la falta de especialistas limita su aplicación, aunque se tiene el equipo necesario

 
Periódico La Jornada
Lunes 23 de enero de 2023, p. 13

Pacientes internados en unidades de terapia intensiva, con falla pulmonar o cardiaca grave, que no responden a las medidas convencionales de soporte de vida, con un alto riesgo de presentar afectaciones en otros órganos y de morir en pocas horas por esa causa, son candidatos al tratamiento de Oxigenación por Membrana Extracorpórea (ECMO, por sus siglas en inglés).

Esta es una tecnología de última generación que en países desarrollados se utiliza de manera rutinaria, pero en naciones de ingresos medios es muy limitada o nula, debido a su alto costo. Además, se requiere de equipos médicos entrenados en su manejo y hospitales con una infraestructura sanitaria sólida y de alta especialidad, explicó Rafael Lima Linares, anestesiólogo cardiovascular.

En México, algunos hospitales de tercer nivel del sector público de salud cuentan con el equipo ECMO; sin embargo, su uso es muy limitado por las razones mencionadas y la carencia de especialistas con capacidad para utilizarlo.

El experto calculó que a nivel nacional hay 100 máquinas y sólo cuatro o cinco grupos médicos con el conocimiento y la experiencia que garantizan la obtención de buenos resultados; es decir, realizan, por lo menos, cinco procedimientos al año.

Destacó que el paciente conectado en ECMO es el más crítico que puede haber en el hospital y con un alto consumo de recursos humanos y materiales.

Para dar una idea del alcance de la máquina, Rodrigo Díaz, anestesiólogo cardiovascular del Hospital San Juan de Dios de Chile, dijo que en aquel país, de los pacientes con cuadros graves de covid-19 que seguramente habrían muerto pero tuvieron acceso al equipo, sobrevivió 30 por ciento. Eran personas que habrían perdido la vida, subrayó.

En entrevista durante una visita en México para participar en sesiones académicas con médicos de diferentes instituciones, el médico consideró que el país tiene un largo camino por delante para incorporarse al uso de esta herramienta. Uno de los obstáculos es su alto costo, pero debe tenerse en cuenta que está reservada para un grupo delimitado de enfermos, aquellos con falla cardiaca o pulmonar grave que no responden a las terapias tradicionales.

Estimó, con base en la experiencia de otras naciones, que aquí se podría beneficiar a alrededor de 2 mil personas al año. Refirió que entre 2014 y 2016, Alemania y Estados Unidos reportaron una tasa de uso de seis pacientes por cien mil habitantes.

El año pasado, en Chile, se reportaron 418 tratamientos con ECMO, mientras en México fueron menos de cien. La brecha es muy grande, a pesar de que son países con un producto interno bruto equiparable y deberían tener el mismo nivel de acceso por su nivel económico, dijo el doctor Díaz.

Aunque el equipo existe desde los años 60, ha ido mejorando. Adquirió relevancia a partir de la pandemia de influenza AH1N1 de 2009 y más aún con covid-19, debido a su utilidad en pacientes críticos con falla respiratoria grave.

Candidatos para tratamiento con ECMO

El equipo no erradica las enfermedades, pero sí da tiempo para que los órganos dañados (corazón o pulmones) descansen y se recuperen, o también para que los médicos encuentren alguna otra solución al problema, explicó Marco Antonio Montes de Oca, médico intensivista y experto en el manejo de ECMO.

Cuando alguna persona tiene dificultad grave para respirar porque sus pulmones están dañados o ya colapsados, o si tras un infarto al miocardio hay secuelas graves en el órgano y riesgo de muerte en las siguientes horas, se debe pensar en la posibilidad de la terapia con este equipo, indicó.

El tratamiento consiste en extraer la sangre del organismo para llevarla a la máquina de ECMO donde se oxigena para luego regresarla al paciente. En esencia, remplaza el funcionamiento de los pulmones o el corazón, según el padecimiento de que se trate.

Una vez que se establece el diagnóstico y un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud determina que el paciente es candidato al tratamiento con ECMO, se le instalan cánulas –que tienen el grosor de un dedo de la mano– en las venas y arterias de la pierna o el cuello del paciente.

Con una cánula se extrae la sangre saturada de dióxido de carbono, se lleva a la máquina donde el tejido se oxigena y se regresa al cuerpo del paciente a través de una vena o arteria, dependiendo de las condiciones clínicas de la persona. Así se logra mantener en condiciones óptimas el funcionamiento del organismo.

Se dice fácil, pero cualquier error, por mínimo que sea, causaría la muerte del paciente, señaló Lima Linares.

El cuerpo de un adulto tiene de 4 a 7 litros de sangre. Con ECMO se extraen y regresan entre 4 y 6 litros cada minuto.

Importante invertir en tecnología de punta en salud

Rodrigo Díaz comentó que la prioridad de los servicios públicos de salud debe estar en la prevención de enfermedades, pero también existe la necesidad de los tratamientos para aquellas personas que ya tienen algún padecimiento y, sobre todo, si este es grave y necesita de una atención de alta especialidad.

ECMO es una herramienta que a través de los años ha demostrado su utilidad en un grupo selecto de pacientes. No es para instalarse en todos los servicios médicos porque es caro; representa un riesgo para el paciente porque es tremendamente invasivo, pero en situaciones en las que la persona tiene un alta propensión de morir, ECMO puede detener ese proceso.

Son muy pocos los pacientes que califican para tratarse con ECMO, pero debería existir la posibilidad de acceso, de la misma forma que son pocos los enfermos de cáncer que se pueden curar con un trasplante de médula ósea y, aunque es muy costoso, se reconoce la necesidad de realizarlo.