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El MODO exhibe secuelas del desamor

Museo de las relaciones rotas es una exposición creada a partir de objetos donados por personas que vivieron rupturas amorosas

 
Periódico La Jornada
Viernes 6 de enero de 2023, p. 4

Una oportunidad para cerrar ciclos se abre gracias al Museo de las relaciones rotas, que reúne objetos enviados por personas para contar sus historias de dolor, desamor y separación. Un vestido de novia, un cuchillo o muñecos de felpa son las pequeñas secuelas de corazones malheridos.

Después de la pandemia, cuando muchos sufrimos pérdidas, vimos que era un buen momento y una buena herramienta para la gente, explica Paulina Newman, directora del Museo del Objeto del Objeto (MODO), donde se exhibe esta peculiar colección de recordatorios personales, los cuales fueron recopilados mediante una convocatoria lanzada en las redes sociales de este museo, ubicado en Colima 145, colonia Roma Norte.

Las cosas que ahora ocupan vitrinas antes estuvieron en la vida de personas. Son variadas, desde un disco de vinil hasta un perfume, una radiografía, un botiquín de primeros auxilios, un celular, unos lentes de sol, entre otros. Todos, un conjunto extraordinario de memorias.

Con donar un recuerdo no se supera el hecho, pero es una parte que puede ayudar al sentimiento de cierre, sostiene Newman en entrevista sobre la exposición temporal que continuará abierta hasta marzo.

Un vestido de novia llegó al Museo de las relaciones rotas, uno de tantos. Pero el mensaje escrito decía: Me casé tres veces con el mismo hombre. Otro relato incluye un encendedor, y cuenta: Le di mi vida y él dejó un corazón destrozado, sueños rotos y un zippo. También llegó un afilado cuchillo. Y su historia decía: El cuchillo me lo quedaba yo para que me recordara que la relación terminaba completamente y que se cortaba con este cuchillo de tajo.

La directora del MODO afirma que se busca crear un sentimiento de empatía, así como brindar una herramienta que pueda ser divertida y estimulante para intentar un cierre a alguna relación que esté costando trabajo dejar atrás. Además, el público se relaciona muy fácil en este museo, que se caracteriza por tener cosas cotidianas del pasado, al decir esto lo tenía mi abuelita y ahora está aquí.

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▲ De muñecos de peluche hasta un vestido de novia, la muestra busca facilitar un cierre para los decepcionados y generar empatía en los visitantes, comenta Paulina Newman, directora del recinto ubicado en la colonia Roma Norte.Foto cortesía del recinto

Tal respuesta es parte de nuestra misión. Claro, contar historias mediante los objetos, pero con historias que resuenan con la vida de los visitantes. Y desde su experiencia “es una exposición que resulta conmovedora, también es divertida. Pero sobre todo lo que nos gusta es una exposición que hacemos con el público.

Es muy participativa; pedimos a los visitantes y a la comunidad que nos compartan la historia y una foto que para ellos represente una relación rota. Muchas veces son piezas muy cotidianas, pero la historia que nos comparten es la que da contexto. Es lo que vuelve de algo genérico a algo especial.

Se trata de la segunda edición en México de este singular museo, después de que fue parte del MODO en años pasados. La idea original surgió en Croacia, de donde son los creadores de esta colección, con sede permanente en Zagreb. Son una pareja que cuando terminó no sabía quién se iba a quedar con ciertos objetos que eran muy representativos de su relación. No los querían mantener, pero tampoco tirar a la basura. Así surgió el recinto que rinde culto al fin del amor y luego la iniciativa empezó a viajar por todo el mundo. México es la ciudad número 60 que visita.

Al convocar en México, fue alentadora la respuesta, pues llegaron alrededor de mil 500 historias. No solamente de relaciones románticas, sino también sobre amigos, mascotas y familiares. Al ver el auge que provocó en México, los creadores de Croacia quedaron muy emocionados, cuenta Newman, pues en su ciudad recibieron más o menos 50 objetos, y nosotros al quinto día ya teníamos 800. Se sorprendían con los mexicanos sobre lo participativo y abiertos que son para contar sus relatos personales.