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Critican al ejército de Putin por muerte de soldados en Makiivka

Moscú destruye pista de hielo en Donietsk; Kiev lanza 6 misiles contra tropas rusas
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▲ Dolientes se reúnen para de-positar flores en la ciudad rusa de Samara, ayer, en memoria de más de 60 soldados que murie-ron durante un ataque ucranio en Año Nuevo en la ciudad ocupada de Makiivka.Foto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 4 de enero de 2023, p. 20

Moscú., Inmersa en un círculo vicioso de violencia creciente, la guerra en Ucrania registró ayer dos nuevos episodios –uno ruso y otro ucranio– de ataque con misiles sin otra intención que matar a la mayor cantidad de soldados enemigos, sin que se sepa a ciencia cierta qué ocurrió en ambos casos.

El ejército ruso no dejó piedra sobre piedra al bombardear la Arena de Hielo Altair –pista de patinaje bajo techo, que había sido sede del equipo de hockey Donbás y era utilizada por escuelas infantiles de hockey y patinaje artístico–, en la localidad de Druzhkovka, región de Donietsk.

Los generales rusos están convencidos de que, con el impacto de dos misiles Iskander, destruyeron la gran cantidad de armamento que se almacenaba ahí. Como resultado del ataque, una persona murió y otra resultó herida, informó la Oficina de la Presidencia ucrania.

El ejército ucranio, de su lado y sin concretar, reporta haber lanzado, la madrugada de este martes, seis misiles Himars sobre sitios de concentración de armamento y tropas enemigas. Los medios de ese país señalan que uno de los lugares destruidos es el edificio del hospi-tal de la localidad de Tokmak, región de Zaporiyia que los rusos usaban como depósito de armas.

La agencia oficial TASS confirmó ayer al mediodía el ataque en el hospital de Tokmak y sostiene que ahí sólo había pacientes. Los rusos hablan de civiles heridos y los ucranios, de militares muertos. ¿Cuántos? Ninguno lo dice.

Entretanto, las cuentas de quienes apoyan la guerra en las redes sociales rusas no coincidieron ayer acerca de quién es el responsable de lo ocurrido el lunes en Makeyevka, ataque ucranio en el que murió una cifra muy elevada de militares rusos, imposible de determinar con exactitud y que algunos observadores, conforme avanzan las labores de búsqueda entre los escombros, sitúan entre 200 y 300 personas, mientras el ejército ruso reconoce 63 y el ucranio menciona alrededor de 500.

Unos están convencidos de que los mandos militares son los culpables por haber concentrado a los nuevos reclutas en un solo sitio –la escuela técnico-profesional número 19 de Makeyevka se habilitó como cuartel para más de 700 nuevos reclutas– y, además, junto a un gran depósito de armamento.

Por ejemplo, Andrei Medvediev, vicepresidente del parlamento de la ciudad de Moscú y periodista del consorcio de radio y televisión pública de Rusia, quien apuntó en su canal de Telegram:

Era previsible que tratarían de echar la culpa de la tragedia en Makeyevka a los propios soldados. Dizque encendieron sus celulares y de pronto los detectaron. O sea, no tiene ninguna responsabilidad el comandante que ordenó alojar a los reclutas en la escuela. Ni el que no se preocupó por poner el más mínimo camuflaje sobre el armamento. Ni aquel al que no se le ocurrió dispersar a los soldados en los sótanos de las casas.

Otros sí creen que los propios reclutas provocaron la tragedia con la imprudencia de encender sus celulares, con tarjetas SIM de operadores rusos, para felicitar a sus familiares con motivo del Año Nuevo. Argumentan que por ese motivo los Himars cayeron en los primeros minutos de 2023.

Y unos más se inclinan a pensar que, dado que en la zona no todos son de ánimo prorruso, entre los habitantes locales pudo haber informantes y hasta traidores que proporcionaron las coordenadas del cuartel al ejército ucranio.

Detallan combates feroces en Lugansk

Este grupo de comentaristas tampoco excluye que Estados Unidos haya desempañado un papel decisivo y sugieren que facilitó al mando ucranio la información que captan desde el espacio sus satélites. El general Valeri Zaluzhny, comandante en jefe del ejército ucranio, en su canal de Telegram, describió así ayer la situación en el frente:

Los combates más duros tienen lugar en torno a la línea Sviatovo-Kremennaya, así como en dirección a Lysychansik. El sector más complicado sigue siendo el formado por Soledar-Bakhmut-Mayorsk. Ahí el enemigo trata de avanzar literalmente por encima de sus soldados muertos, pero nuestras fuerzas de defensa, al precio de un esfuerzo descomunal, resisten los ataques del enemigo.

Del otro lado de la trinchera, el empresario y amigo del presidente Vladimir Putin, Yevgueni Prigozhin, dueño del grupo paramilitar Wagner, al referirse a la situación en Bakhmut en una entrevista a Konstantin Pridybailo, enviado del canal de televisión RT, dijo:

Romper la defensa (ucrania) hoy es tomar por la mañana una casa. Y por la tarde te das cuenta que detrás de esa casa hay otra línea de defensa. Y no solo una. ¿Cuántas líneas de defensa hay en Bakhmut? Si digo que 500 seguro que no me equivoco.

Prigozhin, quien está enemistado con el ministro de Defensa, Serguei Shoigu, y el jefe del Estado Mayor, Valeri Guerasimov, preguntó a sus mercenarios: ¿Quién está combatiendo aquí?. Y no tardó en escucharse la respuesta a gritos: El grupo Wagner, sólo el grupo Wagner. Satisfecho, el empresario agregó: “Hay buenos militares… aquí cerca”.