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Chenalhó, señoreado por la violencia desde 1997, acusan

Rememoran la matanza de Acteal con procesión y 45 cruces negras
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▲ Integrantes de Las Abejas caminaron desde Majomut hasta el templo construido en el sitio de la masacre.Foto Cuartoscuro
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Periódico La Jornada
Viernes 23 de diciembre de 2022, p. 7

Acteal, Chis., Ante las montañas sagradas como testigos, los sobrevivientes y herederos de las víctimas de la masacre ocurrida aquí hace 25 años manifestaron que siempre han luchado por una vida digna y justa, y su corazón es guardián de la memoria de nuestra propia historia y caminar como pueblos. La organización sociedad civil Las Abejas, a la que pertenecían los 45 tsotsiles asesinados por paramilitares, también celebró el 30 aniversario de su fundación, en diciembre de 1992.

El mensaje de la organización, leído por Guadalupe Vázquez, sobreviviente como niña de la masacre y actual símbolo de la lucha pacífica y las exigencias de justicia, añade: Nuestro corazón como estela guarda el evento trágico de la masacre de Acteal ocurrida en el marco de la guerra de contrainsurgencia del Plan de Campaña Chiapas 94, diseñado por la Secretaría de la Defensa Nacional y del gobierno priísta de Ernesto Zedillo.

Ayer por la mañana, previamente reunidos en la mina de arena de Majomut, cientos de indígenas caminaron hasta Acteal portando tantas cruces negras como víctimas cayeron asesinadas hace 25 años. Descendieron a la hondonada que desde entonces fue declarada tierra sagrada de los mártires de Acteal. Los peregrinos y sus acompañantes de la diócesis católica de San Cristóbal de las Casas y la sociedad civil se distribuyeron en las gradas y el balcón del panorámico templo, construido sobre las tumbas de los caídos y hoy suntuosamente adornado con flores, estandartes, velas encendidas, una alta cruz al centro, un modesto altar católico y los retratos del finado obispo Samuel Ruiz García y del dirigente de Las Abejas, Simón Pedro Pérez, asesinado hace un año por sicarios en Simojovel.

No podía faltar a la conmemoración el obispo dominico Raúl Vera, acompañante del jtatik Samuel Ruiz García en el obispado al momento de la matanza y actual obispo de Saltillo. Para los indígenas, el valiente obispo Vera, que siempre ha estado con ellos, es su jtotik.

Admitiendo que pareciera que la tragedia nos ha marcado de distintas formas, el documento de Las Abejas sostiene que la injusticia y el abuso de poder nos hicieron nacer. Recorre los hitos de la agrupación desde su lucha por la liberación de sus presos políticos en 1992 hasta el día de hoy. El crimen de Estado sigue impune: Como lo hemos venido denunciando mes con mes durante un cuarto de siglo, los gobiernos, sean priístas, panistas o morenistas, en vez de aplicar la justicia, han creado estrategias y políticas de desgaste hacia nuestra organización. De ese modo ha sido su costumbre para enterrar la verdad y sepultar la justicia. Sólo que nos caracteriza la tenacidad y la terca memoria de larga duración que hemos tejido.

Destacó las estrategias y políticas de desgaste de los sucesivos gobiernos, en particular el de Felipe Calderón. Otra estrategia ha sido la dilación de la justicia que ha provocado dos divisiones en nuestra organización, en 2008 y 2014.

La impunidad ha causado un sinfín de conflictos en las comunidades en Chenalhó. El municipio está señoreado por la violencia desde 1997. La impunidad en la masacre no sólo ha traído tristeza y descomposición del tejido social y comunitario, sino que ha causado violencias inimaginables en todo México. Ya no sólo podemos decir que el sistema de justicia mexicano está podrido, sino que va de mal en peor. Pareciera que los paramilitares y el crimen organizado se han aliado. Las Abejas mencionaron a Samir Flores Soberanes y Simón Pedro Pérez López.

En otro mensaje, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), histórico defensor de Las Abejas, destacó: Es inspirador observar cómo construyen en lo cotidiano una isla de paz y esperanza, un refugio frente a la tempestad que envuelve la región de Los Altos de Chiapas, donde las balas caen como gotas permanentes y la fractura social se ensancha en medio de la colusión e inacción de los gobiernos.

El Frayba apuntó que el actual gobierno federal ha mantenido el silencio y negado ante la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos el involucramiento de autoridades mexicanas en acciones de contrainsurgencia durante los años 90 en Chiapas, y ha excluido conscientemente este periodo del proceso de estudio de la Comisión de la Verdad.

Por último, la doctora Adriana Ruiz Llanos, de la Red de Apoyo a la Salud Intercultural en Acteal, denunció la incompetencia de las autoridades de Chiapas para atender a las víctimas de la violencia.