Opinión
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Jazz

Jorge Tirado 1988-2022

E

stamos terminando el año con un claro aumento en la incertidumbre de (casi) todos tan temida. Lo impredecible está a la vuelta de la esquina. Y aquí andamos.

Entre la tragedia, el dolor y el ruido mediático que ha causado la muerte de Jorge Tirado (junto con su hermano y su tío abuelo), resulta difícil (o inapropiado) contactar a su familia para armar una nota detallada de su andar artístico. No obstante, pudimos platicar con dos de sus mejores amigos, dos figuras centrales en el movimiento del jazz en México, y ellos nos compartieron importantes pinceladas que nos permiten complementar un esbozo del joven guitarrista.

Sabíamos que Jorge Tirado había nacido en Mazatlán, ahora sabemos que fue el 18 de septiembre de 1988. Sabíamos de sus finas y transparentes líneas melódicas, como de riachuelo que enlazaba con naturalidad los cauces del rock, el pop y el jazz; ahora sabemos que esto quedó grabado en el disco digital Al agua (Sonido de nadie, 2014), ocho temas compuestos por él, presentados como grupo Véler y fácilmente localizables en la aplicación de Bandcamp.

Platicamos primero con Beto Jiménez, quien contó: Lo conocí cuando él llegó a Xalapa a estudiar en la escuela de jazz, en Jazzuv. En ese momento yo era el único profesor de guitarra. Era 2009.

-Poco después, ahí mismo, tomó clases también con Francisco Lelo de Larrea.

Era un chavo súper prendido. Siempre fue muy inquieto, muy curioso. Estuvo una buena temporada en Jazzuv, hasta que decidió que quería hacer su propia música. Aunque seguimos trabajando juntos. Además de profesor y estudiante, nos hicimos muy buenos amigos; compartimos departamento y varios proyectos, tocábamos mucho juntos. Además, tenía proyectos de armar escenarios íntimos para hacer conciertos, conseguía foros, hacía fotografía. Tenía muchos proyectos.

-¿En qué vena, en qué estilos hacía su música?

Hubo un festival en Jazzuv donde tocó Nir Felder, un guitarrista increíble, y creo que en todos influyó muchísimo su estilo, su sonido de rock pop con jazz. A Jorge le impactó muchísimo ese sonido; su música se nutrió mucho de eso y empezó a hacer cosas muy interesantes.

-luego Platicamos con el bajista Emiliano Coronel.

“Yo estaba estudiando y dando clases en Jazzuv, y me tocó tenerlo de alumno de Teoría del jazz y Entrenamiento auditivo, aunque también empezamos a tener una amistad ya fuera de la escuela.

“era un guitarrista bastante sensible; no buscaba impresionar y tocar rapidísimo. Él buscaba qué necesitaba el grupo; era más de escuchar, más de ser sensible a lo que está pasando en el momento; tocar menos. Era alguien muy en el presente; le gustaba más esa línea de lo que está pasando en el momento y no tanto de ‘estudié esto y lo voy a hacer’. Era un músico bastante hábil y le gustaba mucho también la cuestión teórica, la historia.”

-¿En qué vena o estilo de jazz se movía?

“Él estaba en la onda jazz contemporáneo. Guardando las distancias, te puedo decir que era una onda Pat Metheny Group, como más world music jazz contemporáneo, y un poquito de jazz rock; no estaba tan en el jazz clásico.”

-Tocaron juntos varias veces, ¿verdad?

“Sí. En mi disco Mi camino grabó Ilan Bar-Lavi, pero como Ilan se fue a vivir fuera, en muchos conciertos, durante años, mi guitarrista fue Jorge Tirado. Y yo toqué mucho también en su grupo. Además, juntos teníamos lo que se llamaba Los Killin’ Papis, donde yo no tocaba el bajo, sino los teclados, e interpretabamos esa onda de rock jazz, nos divertíamos bastante, y en Xalapa llegó a tener cierta fama.”

-¿Por qué decide él venir a la Ciudad de México? ¿En qué año viene para acá?

“Él tenía la inquietud de seguir creciendo y sintió que en la Ciudad de México había oportunidad de relacionarse con más personas, de meterse en el ambiente del jazz y de la música en general, y con otros músicos también. Y se vino para acá en... 2015. Jorge se relacionó mucho con músicos, porque en los festivales de Jazzuv él era el traductor en las conferencias y en las clínicas que daban artistas extranjeros. Todo mundo conocía a Jorge.

Después se metió también en la cuestión de ser mánager, de mover artistas. Se dio cuenta de que con los contactos que tenía podía incursionar también en esa rama, y empezó a manejar a Silvana, a Augusto Bracho y a otros artistas. Le iba bien como mánager.

-¿Estuviste aquí en la banda Véler?

No. En esa banda ya no estuve. Yo grabé en el disco de Véler en Xalapa. Ya en la Ciudad de México tocaba Benjamín García.

Descanse en jazz.