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Isocronías

Salir al sol con ángel

E

s un deber de poco más de medio siglo, un deber, no un compromiso (espero se comprenda la diferencia), que hasta ahora cumplo. Benjamín Preciado Solís, poco más de un año menor que yo (imagínese eso a mis 20) ha sido siempre mi maestro, dicho sea en general. Pero por el 68 del pasado siglo, específicamente en poesía.

Había leído, probablemente bien, a Nervo; de manera escolar y nada más, a Sor Juana. Las Rimas de Gustavo Adolfo. Quizá al más difundido Rubén Darío… Y entonces vino la conmoción de las vanguardias, por Benjamín.

No sólo, asimismo por René Ojeda, quien enredado en el lirio de Cajititlán se ahogó durante la malograda filmación del cuento de García Márquez Un hombre muy viejo con unas alas enormes, que para recurrir al lenguaje de la época estelarizaría Raúl González García de León, si es que recuerdo correctamente el nombre. Dirigiría, dirigía, Rafael Sandoval, hombre de teatro.

El colombiano, quien aceptó con mucho gusto (vi la carta), sólo se reservó el derecho a ser implacablemente crítico con los resultados, que por la muerte de René, tal vez guionista, propiamente no hubo.

Ya me perdí (mucho ha llovido desde entonces). Y el extravío trae a la memoria que también, luego de guardarlos por décadas, perdí, quién sabe cómo, los poemas del joven Benjamín, uno de los cuales, no el único, me impresionó definitivamente.

Cito, seguramente mal: He aquí una silla. // Un respaldo, un asiento / cuatro patas. // Siéntese por favor. El caso es que Benjamín, quien estudió filosofía y se especializó en estudios de Oriente, acaba de publicar su primer libro de poesía, Salir al sol, en editorial, entiendo, fundada por Yolanda Argüello (†), Magenta. Un excelente, qué importa si breve, libro, del que aquí reproduzco solamente el primer texto:

Ángel de la mañana / ángel de la neblina / de la húmeda banqueta / de los inútiles faroles / y del vaho sobre los cristales / ángel de los bostezos / y del desperezarse / ángel del cielo luminoso / espérame en el ómnibus de las 6:30 / espérame en las campanas de la iglesia / espérame en las fibras sintéticas de mi suéter / ángel de los carteles nuevos / del Sol en las gotas de rocío / ángel de las bachichas / y los últimos besos / ángel del fondo de las copas / ángel terrible del día impostergable / ángel de las fuentes / ángel vocero de obligaciones molestas / las camas te odian / y los divanes.