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Recordando a Enrique González Rojo
E

l libro de Enrique González Rojo Arthur (EGRA), escrito en cinco o seis años, sintetiza la experiencia política y las ideas filosóficas del autor. Repasa muchas de las cuestiones centrales que han motivado al movimiento comunista en México, incluso internacionales. Da su punto de vista sobre ellas. El libro es para debatir; cuando lo leía imaginaba frente a mí la figura de Enrique discutiendo sobre la caracterización de las clases sociales en el capitalismo sean dos o tres clases, si Mao Tse-Tung representaba al sector populista de la clase intelectual china o cualquier otro tema. Porque en la década de los 60 y durante tantos años de conocernos nos la pasamos discutiendo, peleando, rebatiéndonos; pero después nos rencontrábamos, siempre con la misma estimación.

Dada la complejidad del libro, al final EGRA se apiadó de nosotros y expuso sintéticamente las cuestiones que le preocupaban, muchas de ellas al movimiento comunista, tanto nacional como internacional.

1. Destaca una innovadora idea de las clases sociales conforme a la cual dice que en el capitalismo, además de la burguesía y el proletariado (esquema binario), existe una clase intelectual (esquema ternario). Esa concepción es uno de los ejes principales del texto y está presente a lo largo del mismo. También es de lo más debatible, y sin falsa modestia puede considerarse una preocupación extendida a escala mundial.

2. Hace un replanteamiento de la perspectiva autogestionaria como la forma adecuada de sustituir al capitalismo. De alguna manera recuerda las ideas de Marx cuando le preguntaron ¿qué era el comunismo? Y respondió que era la organización de los productores directos. Por toda la argumentación que da al respecto, concluye con la afirmación de que el socialismo será autogestionario o no será.

3. Nueva Internacional que asuma el creciente descontento con el capitalismo de amplios sectores de la sociedad.

4. Llama a analizar tanto las condiciones objetivas, el entorno social, como la subjetividad de las masas para hacernos una idea clara del todo social, error en el que caeríamos si no tomamos en cuenta este factor. Para ello explora la doctrina de Freud acerca de la pulsión apropiativa, definida como el afán de acrecentar el poderío, la propiedad sobre las cosas.

5. Propone la creación del Partido Libertario que funcione sobre la base de la democracia centralizada. Valorando la experiencia que vivimos en la primera etapa de la Liga Leninista Espartaco cuando éramos partidarios de la teoría Leninista del partido que tiene como forma organizativa el centralismo democrático. Fue con la interpretación de esta idea con la cual expulsamos a José Revueltas de la Liga; corrige y propone que el Partido Libertario se estructure mediante la democracia centralizada, que es la libertad de debatir para tener acuerdos y actuar unificadamente. Se privilegia la libertad el debate. En su libro EGRA critica el centralismo democrático de Lenin, recordando los señalamientos del joven Trotsky y de Rosa Luxemburgo.

6. Considera muy importante el diálogo creador entre el marxismo y el anarquismo, ya que a partir de éste puede mejorarse una perspectiva más enriquecida del socialismo y una adecuada orientación práctica a la Nueva Internacional.

7. Ahora bien, Enrique apunta a algunos de los peligros que acechan al movimiento socialista; en primer lugar la falta de una teoría de vanguardia; otro riesgo es que triunfe la idea de que haya un capitalismo civilizado donde funcione libremente la democracia; el último peligro es que se considere a los marginados por el capital: indígenas, minorías sexuales, ambientalistas, etcétera, como el núcleo fundamental del sujeto histórico enemigo del capitalismo. Ese sujeto no sólo es el proletariado fabril, también lo es el nuevo proletariado creado por el desarrollo global de la ciencia y la técnica.

* Profesor de la UAM, autor del libro Los brazos de Morelos