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Será una victoria histórica, según sondeos

Aventaja en Italia coalición que lidera la ultraderecha

Gobernaremos para todos, asegura Giorgia Meloni, admiradora de Mussolini

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▲ Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia, agradece a partidarios luego de su discurso en la sede de campaña, ayer en Roma.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de septiembre de 2022, p. 24

Roma. La alianza electoral de la líder ultraderechista Giorgia Meloni parecía tener amplia ventaja en las elecciones nacionales de Italia, según dejó entrever un sondeo a boca de urna divulgado por la televisión estatal anoche tras alcanzarse un nuevo hito mínimo de participación.

No somos un punto de llegada, sino de partida. Italia nos ha elegido y no la traicionaremos... gobernaremos para todos, declaró Meloni horas después que se dieron a conocer los resultados del sondeo en la televisora estatal RAI.

La formación de Meloni, Hermanos de Italia, que proviene de la tradición neofascista, se consolidó como la mayor fuerza al pasar del modesto 4.3 por ciento obtenido hace cuatro años a 22-26 por ciento, resultado sin precedente, de acuerdo con cifras a pie de urna.

La formación posfascista supera ampliamente a sus aliados de extrema derecha de La Liga, de Matteo Salvini (8.5-12.5 por ciento) y Forza Italia (6-8 por ciento) del magnate conservador Silvio Berlusconi.

Por primera vez en la historia desde la Segunda Guerra Mundial una formación neofascista va a gobernar Italia gracias a que se presentó con una coalición de derechas que obtendría en total entre 36.5 por ciento y 46.5 por ciento de los votos.

Tenemos una clara ventaja tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, festejó Savini en Twitter.

El ascenso meteórico de Meloni en la tercera mayor economía de la Unión Europea ocurre en un momento crucial en el que buena parte del continente atraviesa dificultades debido al elevado precio de la energía, consecuencia de la guerra en Ucrania, y la determinación de Occidente de mantener un frente unido ante la agresión rusa que está siendo puesta a prueba.

El Partido Democrático (PD), el más fuerte de la izquierda, no consiguió movilizar al electorado para frenar el avance de la ultraderecha y tuvo que conformarse con una cifra que oscila entre 17 por ciento y 21 puntos porcentuales.

“Sin duda, no podemos –a la luz de los datos vistos hasta ahora– no atribuir la victoria a la derecha arrastrada por Giorgia Meloni. Es una tarde triste para el país”, expresó la líder del PD en la Cámara de Diputados, Debora Serracchiani, en conferencia de prensa.

Los antisistema del Movimiento 5 Estrellas (M5E) obtuvieron entre 13.5 y 17.5 por ciento de los votos, por debajo de su histórico puntaje de más de 30 por ciento logrado en 2018, pero mejor de lo estimado en las encuestas.

El conteo de las papeletas comenzó inmediatamente después del cierre de casillas, y se tiene previsto que se prolongue hasta bien entrada la mañana de hoy. Podrían pasar semanas antes de que Italia conforme y juramente a un nuevo gobierno de coalición.

Participación de 64%

Más de una tercera parte de los 50.9 millones de votantes elegibles no sufragaron. La participación final fue de 64 por ciento, según el Ministerio del Interior. La cifra es mucho menor al récord previo de baja participación, de 73 por ciento, en la última elección de 2018.

Se trata de un resultado histórico. La coalición de derechas obtendría el mayor porcentaje en votos jamás registrado por la derecha en la historia de Europa occidental desde 1945 hasta hoy, reaccionó en una nota el centro de estudios italianos CISE.

El vertiginoso ascenso de Meloni se debe en buena parte a que fue la única que se opuso por 18 meses al gobierno saliente del economista Mario Draghi, lo que le favoreció para recoger el descontento de los italianos ante la inflación, la guerra y las restricciones por la pandemia.

La formación fundada a finales de 2012 con ex simpatizantes de Berlusconi y figuras de la derecha neofascista superó al PD de Enrico Letta, que pactó sólo una alianza con un pequeño sector de la izquierda ecologista.

Primera jefa de Estado

La líder posfascista, de 45 años, admiradora durante su juventud de Benito Mussolini, conocida por su lenguaje directo y eficaz desde sus años de líder estudiantil en Roma, podría convertirse también en la primera mujer que llega a la jefatura de gobierno en Italia.

Junto con sus aliados promete recortes de impuestos, el bloqueo de los migrantes que cruzan el Mediterráneo, así como una ambiciosa política familiar para impulsar la tasa de natalidad de uno de los países con más ancianos en el mundo.

La victoria de una líder antieuropeísta y nacionalista genera muchas interrogantes en Europa y cambia el rostro de Italia, ya que pondría en cuestión su posición sobre la Unión Europea, pues aboga por una revisión de sus tratados y hasta por su sustitución por una confederación de Estados soberanos.

En Europa todos están preocupados por Meloni en el gobierno. Se acabó la fiesta, Italia comenzará a defender sus propios intereses nacionales, advirtió durante su campaña.

La representante del posfascismo, que no teme defender una derecha pura y dura, se identifica con el lema Dios, patria y familia, y promete luchar contra los grupos de presión gay y las teorías de género.

La ganadora de los comicios se convierte así en figura clave para un eje radical de derechas en Europa que pasa por Suecia, Polonia y Hungría.

Necesitamos amigos más que nunca que compartan una visión y un enfoque comunes de Europa, reaccionó un vocero del premier húngaro, Viktor Orban.

¡Enhorabuena, Meloni!, celebró el premier de Polonia, Mateusz Morawiecki.

Giorgia Meloni ha mostrado el camino para una Europa orgullosa, libre y de naciones soberanas, capaces de cooperar para la seguridad y la prosperidad de todos, reaccionó en Twitter el español Santiago Abascal, del ultraconservador Vox.

El gobierno que surja de las elecciones, que tomará posesión a finales de octubre, enfrentará un camino sembrado de escollos y sin mucho margen de maniobra.

Tendrá que gestionar la crisis provocada por una inflación galopante, mientras Italia ya se derrumba bajo una deuda que representa 150 por ciento del PIB, la más alta de la zona euro detrás de Grecia.