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Sería divertido si Angela Merkel estuviera resolviendo asesinatos misteriosos: David Safier
 
Periódico La Jornada
Jueves 3 de febrero de 2022, p. 6

Hace dos meses Angela Merkel dejó de ser canciller de Alemania, tras 16 años en el poder. Antes de su retiro se sabía muy poco de su vida privada. Esta incógnita acerca de sus actividades personales permitió al autor y guionista alemán David Safier (Bremen, 1966) darle forma a la novela detectivesca Miss Merkel. El caso de la canciller jubilada (Planeta, 2021). Luego de su publicación en Alemania en marzo pasado, algunos lectores germanos respondieron que, en efecto, así imaginaban a la política en el ámbito privado.

Entrevistado para La Jornada Safier dice que Merkel era un poco como el clima, siempre estaba allí. Encabezó su partido político y fue ministra en el gabinete del canciller Helmut Kohl. De allí que la población guarda un sentir acerca del tipo de persona que es: inteligente, humilde, una política diferente al populista; sentimientos que Safier tomó en cuenta para desarrollar su novela.

Miss Merkel, título que rinde homenaje a Miss Marple, personaje novelesco de Agatha Christie, se gestó a finales de 2019, cuando los alemanes sabían de su retiro desde tiempo atrás. “Hablé con mis agentes acerca de lo que ella haría, porque no regresaría a la política ni sería miembro de un grupo de presión. Esa misma noche vi un episodio del inspector Colombo y pensé que sería divertido si estuviera resolviendo asesinatos misteriosos. Convertí a Miss Marple en Miss Merkel”, expresa Safier.

–¿Qué le hizo pensar que una canciller retirada sería un buen tema para una historia detectivesca?

–La novela tiene trasfondos políticos, a la vez que encierra un misterio. No es como si cualquier político pudiera resolver un misterio; sin embargo, Merkel tiene ciertas cosas a su favor mismas que necesita un detective. Por ejemplo, siempre fue subestimada en su carrera política, al igual que el inspector Colombo lo fue por el asesino que perseguía.

Es, claro, una mujer muy inteligente, más que otros políticos en el mundo, otro punto a favor de un detective. Ha tenido experiencias en tratar con sicópatas cuando a políticos se refiere; los asesinos son sicópatas. Resalta su manera de no dejarse vencer, como un buen detective. Reúne muchas características que le hacen un buen detective en la novela.

–El humor es ingrediente relevante en su literatura. ¿El mundo necesita un mejor sentido del humor en este particular momento de la historia?

–Siempre hace falta el humor. Tal vez vivimos tiempos más inciertos que hace décadas, por el coronavirus, el cambio climático, disturbios en el universo; además, hay populistas en todos lados. Con tantos problemas las personas no se sienten seguras, así que en estos tiempos difíciles uno siempre busca un escape, aunque también cosas que hacen reír, a la vez que pensar el mundo de otra manera.

Mi novela, claro, tiene un trasfondo con el que se le puede leer la política de modo más simpático o para obtener una comprensión mayor. El lector también puede solamente reír y resolver el rompecabezas del crimen.

En la novela, Miss Merkel se muda a una región despoblada de Alemania, apacible pero aburrida, después de la vida turbulenta que ha llevado. Cuando un noble de la zona aparece muerto, se topa con una situación que necesita ser resuelta y se involucra.

Safier no conoce a Angela Merkel en persona, pero sí a muchos que han tenido experiencias con ella: Casi todos dicen que tiene un sentido de humor seco y bueno, que trato de transmitir en la novela. La casa editorial le mandó la novela y ella envió una carta en agradecimiento. Sin embargo, no sé si haya leído el libro, porque nadie sabe lo que hace en su retiro.

Respecto a sus propios sentimientos acerca de la ex canciller, Safier confiesa que no suele votar por el partido político que Merkel representa, aunque aprecia varias cosas que la caracterizan a ella: No es una persona corrupta, no estuvo en el poder para ser famosa o por más poder. Todavía es el personaje político más popular en Alemania, porque se aprecia que su estilo no es ostentoso ni impulsivo; no dice un día una cosa y al otro, otra sólo por ser popular. Muchos en Alemania valoran su estilo firme al ejercer el gobierno. Vieron que no era algo calculado, sino que es su personalidad.

De haberlo querido, Angela Merkel todavía sería canciller. Hubiera ganado las elecciones en noviembre pasado de no haberse retirado, puntualiza Safier.