Mundo
Ver día anteriorJueves 23 de diciembre de 2021Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Líder vecinal chileno explica el triunfo del izquierdista

Boric no tendrá mayoría en el Congreso, pero si el pueblo participa, vendrá el cambio
Foto
▲ Celebración por el triunfo de Gabriel Boric, del partido Convergencia Social, el domingo pasado en Santiago.Foto Afp
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Jueves 23 de diciembre de 2021, p. 22

Santiago. Cuando el 21 de noviembre Gabriel Boric perdió la primera vuelta de las presidenciales en Chile, por 2.1 puntos (146 mil votos) de diferencia, en la izquierda saltaron las alarmas y se encendieron los temores: nunca acá un candidato que llegó segundo logró ganar la segunda ronda, decía la historia.

Pero Boric pudo hacerlo, en apenas un mes logró 2.8 millones de votos más para totalizar 4.6 millones y se impuso por 11.8 puntos de ventaja al ultraderechista José Antonio Kast. ¿Cómo fue posible? Además de los ajustes programáticos y de sumar apoyos políticos, la campaña salió a la calle a hablarle a la gente, en especial en las comunas populares, aquellas en las que si bien había ganado, votaron pocos.

El susto le hizo bien a la candidatura del ahora presidente electo porque el domingo votó un millón 150 mil personas más que un mes atrás, él se llevó casi tres cuartas partes de ello y la participación subió de 47.3 a 55.6 por ciento.

Una de esas comunas es Puente Alto, al sur de Santiago, que tiene 650 mil habitantes, la más populosa del país, donde en primera vuelta votó 47.7 por ciento de los electores, con Boric obteniendo 36.2 por ciento y Kast 17.8. Ahora, la participación subió a 57.9 y Boric arrasó con 78.3 por ciento, 103 mil votos más que en noviembre. Esa proporción se replicó en muchísimos lugares, también entre los electores jóvenes y las mujeres.

Miguel Madrid Cayumán, de 33 años, egresado de sociología, es un dirigente comunal de Puente Alto, donde reside desde hace más de 20 años, que milita en Convergencia Social, partido del presidente electo. “Después de la primera vuelta, el comando dividió la comuna en ocho sectores, quedé a cargo del octavo, coordinando el ‘puerta a puerta’, unas 25 mil viviendas”, explica.

–¿Qué representa el triunfo de Boric para los vecinos de Puente Alto?

–Tiene que ver con temas sensibles: listas de espera en salud –mucha gente no tiene recursos para atenderse en el sector privado y el sector público ha sido dejado de lado–; el tema de la vivienda –tenemos campamentos y jóvenes que no pueden optar por vivienda y siguen viviendo con sus padres–; adultos mayores con pensiones muy malas. Entonces, cuando una candidatura propone otro sistema, representa un avance para las transformaciones que el pueblo necesita, más allá de la delincuencia.

También explica que en Puente Alto es muy importante el proceso constituyente, acá obtuvo 80 por ciento de apoyo y Boric era el candidato que defendería la nueva Constitución. Eso es tan relevante como las demandas relacionadas con vivienda, salud y educación, que también se van a definir en la Convención.

–Boric reconoció el papel de la movilización social y dijo que el suyo será un gobierno con los pies en la calle.

–Como poblador de Puente Alto, donde existen muchas organizaciones territoriales, sociales, barriales que se movilizan desde hace años, un presidente como Boric permite avanzar en esas luchas y que no todo se quede en la institucionalidad. Ese ha sido el error más grande en 30 años, hemos descansado en las decisiones de cuatro paredes, cuando lo que realmente necesitamos y la ciudadanía exigió, es participación. Las organizaciones que han levantado esos espacios es muy importante que se mantengan, fortalezcan y sean principales protagonistas en lo que viene. Boric dijo en una ocasión que él quería terminar su mandato con menos poder que el que consigue ahora al iniciar su presidencia, eso va en sentido de otorgarle más poder a las regiones, a las organizaciones de base, es democratizar el poder, no sólo hablar de la distribución de la riqueza.

–También se ha referido a las limitaciones que tendrá su gobierno. ¿Se comprenderá esa moderación de expectativas?

–Eso va a ser un tema muy importante, el programa es ambicioso y se construyó desde las demandas de la calle, pero hay que ser realista, esto va a ser con responsabilidad fiscal y hay que considerar que en el Parlamento no tenemos las mayorías necesarias, pero creo que mucha gente lo entiende, tal vez no todos, por eso es muy importante que esto no descanse sólo en la institucionalidad. Si la gente participa en organizaciones barriales, territoriales, sociales, puede impulsar y haber un acompañamiento junto al presidente para lograr un poco más de lo que se logra sólo en los márgenes de la institucionalidad. Cuando se habla de seguir en las calles es porque elegimos a un presidente que tiene cierto programa que la gente quiere que se cumpla, pero tenemos que asumir la responsabilidad de que el poder no sólo lo tiene que asumir el presidente, sino también nosotras y nosotros.

–¿Cómo te sientes?

–Estoy alegre, aun no lo puedo creer.