Opinión
Ver día anteriorSábado 21 de agosto de 2021Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Penultimátum

El legado de Donald Rumsfeld

M

urió a los 88 años, casi olvidado por los medios y los políticos que por muchos años lo tuvieron en primera línea. Sólo ahora que Estados Unidos deja penosamente Afganistán, algunos recuerdan los momentos de gloria de Donald Rumsfeld. Como secretario de la Defensa del presidente George W. Bush, organizó la invasión a ese país tras los atentados del 11 de septiembre.

Ese siniestro personaje, doctorado en ciencias políticas en la ultraexclusiva Universidad de Princeton, también fue artífice de la invasión a Irak en 2003, apoyada por el primer ministro inglés Tony Blair y el presidente español José María Aznar. El pretexto: el sátrapa Sadam Hussein, antiguo aliado del gobierno estadunidense, albergaba armas nucleares de destrucción masiva. No era cierto. Lo acompañaron en su sangrienta aventura y mintieron a la comunidad internacional, Colin Powell, secretario de Estado, y Condoleeza Rice, consejera de Seguridad Nacional.

Democracia y estabilidad fue la consigna de esa intervención, a la que se opusieron México y Francia, que cayeron un tiempo de la gracia de la administración estadunidense. El fruto de esa invasión y el caos que le siguió: más de 200 mil muertos, 5 millones de desplazados, destrucción de ciudades, violencia e inestabilidad política que no termina.

Cómo olvidar que cuando preguntaron a Rumsfeld por el saqueo de Bagdad, respondió: Son cosas que pasan. Esa guerra marcó en 2006 su fin como estratega militar. Los electores del vecino país entendieron que estaba a punto de repetirse otro Vietnam. Y que los costos en vidas de soldados (más de 5 mil) y dólares (1.3 billones) eran insostenibles, y obligaron a una retirada. Agreguemos las fotos sobre los métodos de tortura aplicados por los estadunidenses a prisioneros en la prisión de Abu Ghraib, en Bagdad; las condiciones en que viven otros detenidos en Guantánamo. Y de corolario, la aparición del grupo terrorista Daesh. Las tropas de EU se retiraron de Irak en 2011, pero más de 5 mil elementos regresaron en 2014 como asesores militares. Ahora abandonan vergonzosamente Afganistán. Allí murieron 5 mil de sus soldados y decenas de miles de afganos. No debemos olvidar el nombre de quien organizó la invasión de esos dos países y sentó las bases de la guerra sucia a escala mundial que la gran potencia libró contra Al Qaeda, y que ha desestabilizado Medio Oriente y Asia Central: Donald Rumsfeld.