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El Correo Ilustrado

Exige al secretario de la OEA respeto a víctimas de la línea 12

L

uis Almagro Lemes, secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), representante legal y responsable de la Asamblea General de la OEA:

Me dirijo a usted en mi calidad de ciudadana de los Estados Unidos Mexicanos para expresarle mi rechazo ante su respuesta vertida recientemente frente a la crítica internacional de su actuación, expuesta por el canciller mexicano, Marcelo Ebrard Casaubón, como representante del Estado mexicano, miembro de la OEA.

En su respuesta como responsable legal de ese organismo, usted tuvo el mal tacto de aludir, casi a manera de mofa, a las víctimas del accidente ocurrido en la línea 12 del Metro de la Ciudad de México, siniestro que nada tuvo que ver con el desempeño del secretario de Relaciones Exteriores como representante mexicano de esa organización que usted dirige.

El pueblo mexicano, y en especial los deudos de las víctimas fatales, merecemos de su parte una disculpa pública en el mismo entorno en el cual usted inmiscuyó a dichos afectados en un asunto público internacional.

Constanza I. Sánchez Carrillo

La corrupción debe ser el enemigo de todos los gobiernos, opina

La lucha contra la corrupción, flagelo capitalista que corroe y degrada al ser humano, debe ser un objetivo central. El gobierno de Estados unidos, por conducto del presidente Joe Biden, lanzó la advertencia de que su gobierno tendrá ese objetivo a escala mundial. ¿Qué significa eso? Que esta lucha, sólo procurada en algunos países y en otros de manera gradual con avances lentos, es, ante todo, asunto de todos y de cada uno de las naciones con soberanía e independencia; es decir, extirparla internamente.

Ningún Estado puede jactarse de estar libre de ese problema. La lucha es permanente. La administración estadunidense pretende usar la lucha contra la corrupción como pretexto para intervenir e injerir en asuntos internos con mayor facilidad; es decir, mantener el control geopolítico sobre otras naciones.

Sabemos cómo se las gasta el imperio, con la aplicación de sanciones económicas a países que no son de su agrado, amenazas de guerra, apoyos económicos a gobiernos criminales y opresores como Colombia e Israel, entre otros. Dentro del sistema capitalista e imperialista se encuentra de manera implícita el cáncer de la corrupción en casi todos los asuntos de las élites y de los gobiernos proclives del sistema.

Washington debe poner ejemplo y no erigirse como salvador del mundo; mucho tiene que hacer en lo interno para llevar condiciones de bienestar social a las mayorías de las capas desprotegidas que gobierna, y mucho más en la difícil tarea anticorrupción.

La mejor arma para combatir ese flagelo está en la prevención temprana: la educación en todos los niveles y en la aplicación de leyes disuasivas.

Luis Langarica Arreola

Concuerda con artículo de José Blanco contra el neoliberalismo

El pasado martes en la sección Opinión de La Jornada, José Blanco nos explica con sabiduría el funcionamiento del despojo popular mal llamado neoliberalismo.

Muchas felicidades, estamos de acuerdo. Esta es una oportunidad única de acabar con tres mafias al mismo tiempo.

Javier Aspuru Lloréns

Oportunidad en las urnas

Hoy es la elección más competida de la historia de México, donde se está viviendo un linchamiento ideológico contra el Presidente, que es una acción deliberada de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, cuya figura más visible es Claudio X. González, y cuyo propósito es asumir la hegemonía del Poder Legislativo con el propósito de que los barones del dinero continúen con los privilegios políticos y económicos como cuando eran favorecidos en el periodo neoliberal.

En este contexto, se requiere la redirección de la gobernanza y, asimismo, que todas las fuerzas políticas asuman su rol.

En lo anterior es indispensable ser objetivos y dar respuesta al qué y el cómo con horizontalidad democrática.

En este empeño es obligado resarcir los daños del Covid-19, contrarrestar la caída de la economía y el bienestar y donde el Estado deberá aceptar, no sólo los avances y aciertos de la gobernanza, sino también los yerros.

En suma, establecer un pacto político nacional para abreviar el tiempo de la recuperación económica y reducir la desigualdad social; cuestión que se traduciría en creación de un programa nacional de empleo, el rescate de las micro, pequeña y mediana empresas, así como instaurar nuevas empresas para concretar el desarrollo económico del país.

Guillermo Portugal Vela