Cultura
Ver día anteriorLunes 22 de marzo de 2021Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
En la UANLeer, las escritoras Laura Restrepo y Gioconda Belli comparten sus experiencias de exilio
 
Periódico La Jornada
Lunes 22 de marzo de 2021, p. 8

La literatura es una forma de destierro para los escritores, un exilio voluntario, coincidieron la narradora colombiana Laura Restrepo y la poeta y autora nicaragüense Gioconda Belli en una conversación virtual como parte de la Feria Universitaria del Libro UANLeer.

“Los escritores –afirmó Belli– tenemos mucho de ir a vivir adonde estamos escribiendo, a ese mundo que estamos creando. De alguna manera es una forma de exiliarse de la propia realidad y vivir en un mundo imaginario; ése es un fenómeno que me encanta.”

Con el título Diáspora, literatura y exilio, la charla reveló que esas autoras comparten más aspectos en común que el ser latinoamericanas y gozar de gran predilección entre los lectores hispanohablantes.

Ambas han tenido injerencia en el espacio público de sus respectivos países y han participado en diferentes momentos claves de la historia reciente, a lo que se suma que sus vidas han estado atravesadas por exilios de diferentes tipos, tanto forzados como voluntarios.

En la conversación, las escritoras evocaron de qué manera, siendo muy jóvenes, debieron abandonar de manera urgente sus respectivas naciones a raíz de su participación en la vida política.

Restrepo (Bogotá, 1950) lo hizo en los años 80, en medio del proceso de paz en Colombia, donde era negociadora con uno de los grupos insurgentes. Belli (Managua 1948), a mediados de la década de los 70, luego de ser descubierta su relación con el Frente Sandinista de Liberación Nacional.

Esos son para ellas recuerdos desgarradores que de alguna manera fragmentaron sus vidas, al tener la sensación de no poder estar en ninguna parte. El destino de ese primer destierro fue para las dos México, país por el que profesan profunda gratitud y del que reconocen el enorme espíritu hospitalario y solidario de su gente.

Mientras para Belli está muy fresco el recuerdo de cómo fue adoptada por un grupo de poetas mexicanos, entre ellos Efraín Huerta y Óscar Oliva, y que se puso a escribir poesía como loca, pues tenía acumulado todo adentro, Restrepo tiene muy presente cómo se sintió rota y abandonada en una especie de isla durante los primeros dos de los casi siete años que permaneció en esta nación.

La narradora colombiana reconoció el relevante papel que tuvo para ella el periódico La Jornada en aquellos momentos. No sólo porque consiguió trabajo en él como colaboradora, sino que le permitió conocer a su director fundador, Carlos Payán, con quien casi dos décadas después entablaría una relación amorosa que hasta la fecha mantiene y que la llevó de nuevo a exiliarse de manera voluntaria en México.

De aquella primera estancia en este país nació su primera novela, La isla de la pasión, cuya escritura fue un asidero existencial y al mismo tiempo un desahogo ante la desolación del desarraigo. En esa obra cuenta una historia poco conocida para los mexicanos, lo que pasó a principios del siglo XX en la isla de Clipperton, donde había quedado abandonado un grupo de 60 náufragos.

Si bien la historia no tiene nada que ver con la mía, era también un relato de gente aislada, y esa isla, de alguna manera, se parecía a la isla que era para mí ese mundito del exilio en México, dijo Restrepo.

Fue una manera de contar mi historia a través de la historia de otros. Fue también una forma de arraigarme en México y romper un poco con mi país, al menos en el terreno de la obsesión, al menos en tanto pude volver.

En la vida de la poeta nicaragüense hay también una historia de exilio voluntario por amor, la que protagonizó con un periodista de origen italiano y francés con quien se fue a vivir a Estados Unidos.

Restrepo y Belli hablaron además de la cara luminosa de los exilios, de la empatía de la gente y la oportunidad que esto les ha brindado para desarrollar su obra literaria. También coincidieron en que la actual pandemia representa un exilio forzado, pues las personas se han visto obligadas a dejar su vida pública para adentrarse en su interior.