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Conversaciones, de Eduardo M. Clorio, se filmó en seis semanas
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 6 de diciembre de 2020, p. 7

Con un largometraje de ficción producido y el rechazo, en 2018, de obtener un apoyo del Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine), más que desanimar o ser un revés para la carrera del director y guionista Eduardo M. Clorio, significó un poderoso impulso creativo que acabó, un par de años más tarde, con el estreno casi simultáneo en salas y plataformas del filme independiente Conversaciones (México, 2020).

Clorio comenzó a trabajar en un esquema de 10 historias separadas que, una vez reunidas, se convirtieron en un largometraje de ficción de historias cruzadas y vínculos invisibles que conectan las tramas. Junto con su socio, el fotógrafo César Fuentes, hilaron y definieron la estructura temporal de las narrativas con dos líneas principales sobre dos hermanos, una en orden cronológico y lineal, y otra en reversa.

Así es, básicamente, como se armó este rompecabezas, explica Clorio en entrevista.

Siete guionistas

Además, para contar con el guion de la película con prontitud, recurrió a sus muchos amigos escritores –los siete guionistas acreditados–, quienes en agosto ya tenían los argumentos en sus buzones electrónicos y para octubre Clorio ya poseía un primer borrador.

A todos les pedí que me echaran la mano para poder escribir una película en chinga y filmarla en poquito tiempo. Les conté más o menos de qué iba cada historia y ellos desarrollaron cada una, relata el realizador.

La preproducción comenzó en enero de 2019 y para mediados de febrero arrancó la filmación de seis semanas, en la que incluso cambiaron el orden de un par de escenas, para terminar en los meses siguientes los procesos de edición y posproducción.

Al no contar con dinero público de fondos ni exenciones fiscales para producir –lo pedimos por enésima vez y por enésima vez nos rechazaron–, el director decidió invertir sus pocos recursos en un filme que echara mano de locaciones prestadas, un reparto en que los actores tuvieran menos días de rodaje (seis o siete cada uno, en lugar de seis semanas) y filmar a manera de cortometrajes independientes, pero evitando que resultara una antología.

“Me gusta trabajar con mis amigos y también solemos hacer amistad con la gente con la que laboramos, lo que después se convierte en una minifamilia. En la medida de lo posible tratamos de repetir el elenco de Deseo, deseo (México, 2016, aún no estrenada en cartelera); los cinco primos de aquella película aparecen acá, aunque sólo Norma Mora e Israel Amezcua tienen papeles grandes y, los demás, pequeños cameos”, añade Clorio.

La vasta oferta de cintas que se produce en México, los numerosos realizadores que desean filmar y la compleja asignación de presupuestos públicos hacen que recurrir al fondo privado sea la única opción para muchos cineastas. Evidentemente, el dinero suele provenir del bolsillo de los creadores y no de inversiones de empresas, como se cree, advierte la productora Luli Monsalvo Espinosa.

El posible estreno de Conversaciones resultó afectado por el cierre de cines debido a la pandemia de Covid-19, pues ya contaba con algunas distribuidoras interesadas, las cuales propusieron atrasarlo a 2021.

Ventana de oportunidad para estrenar la cinta

Finalmente, mediante la distribuidora Casete lograron presentar la cinta el pasado 26 de noviembre en una docena de salas de Cinemex de la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, ya que la ausencia de éxitos en la cartelera mexicana significa una ventaja en espacios, así como en la duración de los títulos en salas para el cine independiente, especialmente al ser una de las opciones interesantes, señala la productora.

Apostamos a llenar salas para permanecer más tiempo en cartelera, añade.

Además, gracias a la pandemia se les permitió estrenar en plataformas apenas tres semanas después, así que desde el jueves 10 de diciembre la cinta esta disponible en las plataformas Google Play, iTunes de Apple y FilminLatino, en renta o venta en línea, lo que significa un caso único en la cinematografía nacional, pues el circuito de salas pide un espacio de por lo menos 90 días.

“Nos dieron oportunidad de pegar el estreno de salas con el de streaming porque somos independientes y teníamos dinero sólo para una campaña de publicidad, así que no podíamos esperar tres meses y gastar en otra. Tenemos esta posibilidad, que es muy rara, pues la pandemia ha acelerado un chorro de procesos en general”, finaliza Clorio.