Opinión
Ver día anteriorJueves 12 de noviembre de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Ciudad perdida

La pandemia que no amaina // Cifras preocupantes y un rojo cercano // El Buen Fin dará un respiro // Oposición con gerente

P

or más que las medidas para controlar la pandemia en el país den ciertos resultados positivos, y se pueda decir que está bajo control, en la Ciudad de México la crisis sanitaria es cada vez más preocupante y regresar al confinamiento una posibilidad cada vez más obligada.

Si bien es cierto que hace un buen rato la capital se ubicó en semáforo naranja, que nos hizo pensar que estábamos cerca de regresar a una normalidad condicionada, casi plena en libertades, los datos actuales nos hablan de que nos hallamos más cerca del rojo que del amarillo que anuncia la salida de la crisis, y sólo eso.

Al principio de la pandemia el confinamiento parecía haber dado resultado para impedir que se expandiera el contagio, pero la muy frágil situación económica de la gente fue un factor de gran peso para decidir a qué color correspondían las circunstancias de la ciudad.

No obstante, si bien las condiciones económicas lograron un respiro, la enfermedad ha trepado cada semana. Los datos son preocupantes: mientras en septiembre, durante todo el mes no se llegó a los 6 mil casos, en ninguna semana de las registradas, en octubre, del 4 al 10, la cifra de infectados brincó hasta los 9 mil 84, y desde entonces no bajó de los 6 mil por semana, sino hasta la del 1º al 7 de noviembre, cuando se registraron 5 mil 751 contagiados.

La vida en naranja ha llevado a que casi 80 por ciento de quienes viven en la ciudad porten cubrebocas y que este factor parezca suficiente para que, de una u otra forma, el comercio esté tomando su cauce normal.

A la llegada de El Buen Fin, que en esta capital durará un par de días más que en cualquier otro lugar del país y las tiendas podrán estar abiertas hasta las 24 horas del día, las ventas llegarán, según las proyecciones de la Cámara de Comercio local, hasta los 23 mil 97 millones de pesos, que representarán un gasto menor, en poco más de 3 por ciento, que lo vendido el año pasado.

Esta recarga económica, que en 18 por ciento se logrará por ventas en línea e involucra a 345 mil negocios registrados en la plataforma El Buen Fin, será un bocanada de oxígeno para la economía, pero sin duda también podría tener consecuencias en la salud de la gente que no cumpla los requisitos que impone la vida en naranja, por lo que la pandemia se podría complicar aún más.

Frente a este hecho, que es observado muy de cerca por las autoridades, la recarga económica podría aminorar los efectos de un posible retorno al semáforo rojo, que tendría el fin de frenar la expansión del virus.

Hablamos sólo de una posibilidad que debería ser tomada en consideración, si no es que ya se prevé, por parte de quienes tienen el control de la luz indicativa sobre la situación, frente a una realidad que cada día enferma a más gente.

De pasadita

Dicen bien aquellos que advierten que caminando en la carreta se acomodan las calabazas, y es que el adagio ejemplifica a la perfección el show de un grupo de hombres que, según se ha demostrado, han hecho de la política un gran negocio.

Así, manejados por el gerente general Claudio X, lo que queda del PAN, una parte del PRI y los despojos del PRD, pretenden convertirse en socios de la firma opositora al régimen actual porque los ha expulsado del paraíso de la transa, según se afirma en el mismísimo Palacio Nacional.

Lo que parece –que cuando menos los políticos no entienden– es que la suma del odio con el fracaso no da dividendos.