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Ciudad perdida

Reunión virtual con invitada especial // Arropan a Rodríguez // Collins obedece órdenes

E

n un acto que por ningún motivo puede pasar inadvertido para quienes escudriñan en el futuro, Rosa Icela Rodríguez asistió ayer, virtualmente, a una reunión del gabinete de seguridad de la Ciudad de México, que más allá del apapacho envió mensajes claros y certeros.

Es la primera aparición en público, si así le podemos llamar, de la todavía funcionaria de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, aunque en las páginas de Internet de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y en Wikipedia ya se le menciona como titular de esa dependencia, porque a menos que se nos haya ido el tren la funcionaria aún no da su brazo a torcer.

Aunque la invitación a estar presente en la reunión de gabinete, de la que dio cuenta la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum en un mensaje por medio de Twitter, explicaba que fue para felicitarla; después de una coma, advertía que era porque mejoraba en su salud. El mensaje se escribió así: “Invitamos a @rosaicela_ para felicitarla, que ya va mejorando de salud”.

Pero eso no era todo. Rosa Icela Rodríguez era apapachada y arropada por el equipo que gobierna en la capital del país, bueno, sólo faltó Ernestina Godoy, que a lo mejor ni se enteró del asunto, pero de que estaban todos, todos estaban, y al frente de ellos Claudia Sheinbaum, para que lo entienda quien quiera entenderlo.

Fue una reunión de equipo que quiso poner nombre y apellido a sus integrantes y que se regodea al mostrar unidad y lealtades, condiciones difíciles de conseguir desde que se puso en venta la política, símbolo sí, que anuncia y promueve.

Por eso no es fácil dejar de lado la reunión. Rosa Icela Rodríguez aún no está del todo bien, aunque la mejoría en su salud avanza con solidez, y así decidió aparecer, sea como sea, en la reunión con la jefa de Gobierno y el gabinete de seguridad (casi todo), porque seguramente para ella también resulta muy importante reaparecer junto a quienes la han acompañado en muchos de los puestos que desempeñó como funcionaria de la ciudad.

Sí, porque no hay que olvidar que ella conoce la ciudad como muy pocas personas, y no sólo en el ámbito de la seguridad: sus tareas dentro de los programas de seguridad social le obligaron a conocer colonia por colonia a la capital del país.

Seguramente habrá otros muchos cristales con los que se pueda ver la realidad que les platicamos, las interpretaciones que se den podrán diferir de las que aquí les presentamos, pero de que esa reunión quiso decir mucho más de lo que se expuso, que-ni-qué. Quien no quiera ver, que cierre los ojos.

De pasadita

Quien conoce a Raymundo Collins, que en algún momento quiso ser el jefe de la policía en el gobierno de Claudia Sheinbaum, y para ello grilló hasta que pudo, sólo obedece órdenes.

Eso, nos dicen, es fácil de atestiguar, según los datos recientes, porque a fin de cuentas los posibles delitos de los que se dice es responsable curiosamente nada tienen que ver con su actuación como jefe de la policía.

Hasta donde sabemos se le acusa de haber formado parte o de haber fundado el cártel inmobiliario de la CDMX, desde sus oficinas del organismo de la vivienda. Si tal información es cierta, muchas cosas habrán de airearse dentro de muy poco tiempo, porque en este mundo global ya no hay lugar ni disfraz donde alguien pueda ocultarse.

En la fiscalía de la ciudad se asegura que está en Estados Unidos y que salió del país poco antes de que se manifestara la pandemia, por lo que su estancia en esa nación podría incluso ser ilegal. Muy pronto sabremos qué sucede con Collins, total, ya sabemos que un recurso de los cobardes es volverse delator y con tal de salvar la cara y la lana...