Opinión
Ver día anteriorMartes 3 de noviembre de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
México SA

Bolivia: a reconstruir // Golpistas a la cárcel // Arce: trabajo arduo

E

l próximo domingo tomará posesión el nuevo presidente de Bolivia, Luis Arce, del Movimiento al Socialismo, quien arrasó en las elecciones de octubre pasado (obtuvo 55 por ciento de los votos) y retomará el programa de crecimiento, desarrollo, inclusión y soberanía puesto en marcha por Evo Morales desde 2006, el mismo que la derecha del país sudamericano intentó truncar por medio de un golpe de Estado en noviembre de 2019.

El futuro mandatario boliviano, ex ministro de Economía y Finanzas Públicas de Evo, reconoce que al nuevo gobierno le llevará hasta dos años y medio recuperarse del desastre financiero que deja el régimen de facto ( La Jornada, Luis Hernández Navarro) y detalla que “la proyección del producto interno bruto para 2020 (el periodo golpista) está entre menos 8 y menos 11 por ciento; es más, de acuerdo con las cifras oficiales de este gobierno (de facto), tres meses atrás ya habríamos alcanzado menos 8. Estamos con rumbo a profundizar la crisis. Esto, cuando nuestro país crecía 8.2 por ciento. Es una caída de 15 o 16 puntos porcentuales, que es mucho. Por otra parte, el desempleo. Teníamos un desempleo de apenas 4 por ciento. Ahora supera 30 por ciento. Otro elemento es el déficit fiscal. Planteamos que íbamos a llegar a 6 por ciento de déficit fiscal, pero ellos (los golpistas), ya a esta altura –y no ha acabado el año–, están en 9 por ciento de déficit fiscal. ¡50 por ciento más!”

El otro tema, dice Arce, es la deuda, muy preocupante: la dejamos en 25 por ciento del PIB. Ahora ya está a más de 32 por ciento, acercándose a 38 por ciento. Lo más importante: ha crecido la deuda interna del Banco Central, es decir, la maquinita de hacer billetes. Nosotros dejamos una deuda de cerca de 3 mil millones, más o menos, y ellos, en este tiempo, ya se han prestado entre 7 mil y 9 mil millones. Sumando estos 3 mil, ya estamos entre 11 y 12 mil millones. Es la estimación, porque no hay cifras. Estamos hablando de que se habría cuadruplicado la deuda interna, con los consiguientes riesgos sobre la inflación. El deterioro es muy fuerte. Con las cifras que hemos visto, salir de la crisis, para retomar el nivel de crecimiento, nos va a demandar entre uno y medio y dos y medio años. Va a ser un trabajo duro” (ídem).

Así es, en menos de un año los golpistas destrozaron al país, lo saquearon e intentaron echar a la basura 15 años de desarrollo (reducción de la pobreza, aumento del ingreso, redistribución de la riqueza, recuperación de los bienes nacionales, etcétera), tanto que fue el mayor de Sudamérica y uno de los cuatro de mayor calado en América Latina. Felizmente, subraya Arce, tenemos un plan para sacar adelante a la nación. Queremos implementarlo a la brevedad. Entre el siguiente año, el año y medio que viene, vamos a estar retomando las cifras que teníamos antes del golpe de Estado y de la pandemia.

Como se ha comentado en este espacio, a lo largo de la presidencia de Evo Morales, Bolivia registró altas y sostenidas tasas de crecimiento y desarrollo, al tiempo que la nación recuperó su gran riqueza energética. De acuerdo con la Cepal, en la década reciente la nación sudamericana gozó de un ritmo de crecimiento económico promedio de 4.9 por ciento del PIB, muy por encima del crecimiento mundial y regional.

Un elemento fundamental para comprender los resultados de ese proyecto de desarrollo es el aportado por el Instituto Nacional de Estadística del país sudamericano: en 2018, la pobreza extrema se redujo a 15.2 por ciento de la población, contra 38.2 por ciento en 2005, es decir, un año antes de la llegada de Evo Morales al Palacio Quemado, es decir, una reducción de 23 puntos porcentuales.

Y a partir del próximo domingo, tal proyecto se reactiva. Falta que la justicia vaya por los golpistas.

Las rebanadas del pastel

¿La mejor democracia del mundo? Ni de lejos: los estadunidenses no pueden elegir a su presidente por voto directo; es un colegio electoral el que decide, y sólo queda la esperanza de que éste no se incline por ese esperpento llamado Donald Trump.