La iniciativa de la nueva Ley General de Educación Superior, que se discute actualmente en el Senado, mantiene viejas prácticas de privilegiar a unas cuantas instituciones educativas respaldadas por grandes recursos económicos, mientras a otras, también de carácter privado, las mantiene en la sobrerregulación y tiempos excesivos para la aprobación de planes y programas de estudio.

Maria Luisa Flores del Valle, presidenta de la Alianza para la Educación Superior, que agrupa a 142 universidades e instituciones de educación superior, con casi 700 planteles en todo el país, exhortó a los legisladores a aprobar una legislación equitativa y un piso parejo para todas las instituciones sin privilegios ni acuerdos secretariales que beneficien a unas cuantas encima de otras.

Precisó que de mantenerse el actual esquema, no sólo se daña las instituciones educativas, sino al mismo sistema y sobre todo a los jóvenes que cursan su formación en dichos planteles.

Burocratismo

En conferencia efectuada de forma virtual, Flores del Valle puso como ejemplo la parálisis de las autoridades para realizar cualquier trámite, validación o certificación para estas instituciones cuando se trata de carreras ligadas a medicina o cualquier otra relacionada con el sector salud, aunque hay otras más.

Añadió que en los artículos transitorios de la citada ley se mantienen los beneficios y prebendas de acuerdos presidenciales y secretariales que les permiten a algunas instituciones acomodar sus planes y programas de estudio de forma discrecional, permitiendo que actúen prácticamente como universidades autónomas.

En cambio, al resto de las instituciones particulares de educación superior –una gran franja que resarce las obligaciones del Estado al ofrecer la educación a un costo muy inferior al de las citadas– se les perjudica con una sobrerregulación y tiempos excesivos de respuesta para la aprobación de planes y programas de estudio.

Además, consideran prohibitivos los planes en áreas de la salud y se les da una estigmatización como instituciones de mala calidad simplemente porque los costos de las colegiaturas son accesibles a la población.