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Dice sentirse mejor que hace 20 años

Trump regresa a la Casa Blanca y llama a no temer al Covid-19

Tras pasar cuatro días en el hospital, nadie sabe qué tan enfermo está el mandatario // En su círculo más cercano crece la ola de contagios

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▲ El presidente estadunidense, Donald Trump, al salir del hospital militar donde estuvo internado. A la derecha, Kayleigh McEnany, vocera de la Casa Blanca, quien ayer dio positivo a Covid-19.Foto Ap y Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 6 de octubre de 2020, p. 26

Nueva York., El presidente Donald Trump, aún contagioso, retornó a la Casa Blanca anoche, asegurando que se siente mejor que nunca y proclamando a un país con casi 210 mil muertos y más de 40 mil nuevos contagios diarios que no deben temer al Covid-19.

A 29 días de los comicios, el coronavirus ha contagiado la elección presidencial después de que Trump, quien intentó descartar el impacto de la pandemia y burlarse de medidas para controlarla, se volvió ahora el paciente más famoso del Covid-19, pero aún así continúa nutriendo la crisis de credibilidad que ha cultivado a lo largo de su presidencia y nadie sabe cuál es su condición real, ni desde cuándo se contagió.

Por ahora, al presidente le urge recuperar su imagen de hombre fuerte y dejar de hablar de la pandemia. “¡Me siento muy bien! No teman al Covid. No dejes que domine tu vida… Me siento mejor que hace 20 años”, tuiteó desde el hospital ayer por la tarde, al informar que sería dado de alta. Varios médicos, expertos en salud pública y otros calificaron estas palabras de irresponsables, ya que minan justo el mensaje de precaución que buscan difundir al público.

Pero al salir, después de su cuarto día internado en el Centro Médico Militar Walter Reed, ubicado en las afueras de la capital, nadie sabe qué tan enfermo, o no, está el mandatario. Expertos señalan que el coctel de medicamentos que le están administrando sugiere que padece un caso severo de Covid-19.

Su doctor, el comandante Sean Conley –cuya falta de transparencia podría ser resultado de que, como militar, está en la situación incómoda de ser un subordinado del comandante en jefe–, advirtió que su paciente no estará completamente fuera de peligro por una semana más, pero que ha mejorado lo suficiente para salir del hospital.

Mientras, Trump, quien según los protocolos del Centro de Control de Enfermedades debería de aislarse por lo menos 10 días, regresó a una de las instalaciones más protegidas y seguras del mundo que ahora se está volviendo un foco de brotes de Covid-19.

En la Casa Blanca, además de Trump, por lo menos otros 11 integrantes de su círculo han dado positivo al nuevo coronavirus, entre ellos, ayer por la mañana, la vocera de la Casa Blanca Kayleigh McEnany. Los contagiados van desde el jefe de su campaña de relección a dos de sus asesoras más cercanas, la presidenta del Comité Nacional Republicano, dos senadores, un ex gobernador y la esposa del mandatario.

Dentro de la Casa Blanca hay un ambiente de susto y desconfianza mientras todos aguardan saber quién es el próximo contagiado, y también un sentimiento de ira contra los jefes, incluido el presidente y su jefe de gabinete, Mark Meadows, por la falta de información durante la peor amenaza de salud a un gobernante en décadas, reportan varios medios.

Algunos analistas y expertos en enfermedades contagiosas y también en el manejo de imagen creen que el comportamiento de Trump durante los últimos días y su regreso a la Casa Blanca son parte de su manejo irresponsable de la pandemia. Señalan, por ejemplo, que varios de los recién contagiados en la Casa Blanca estuvieron presentes en un acto en el Jardín de las Rosas el sábado de la semana pasada, donde no se guardó la sana distancia y muchos no usaron cubrebocas, para complacer al presidente.

Más aún, después de confirmarse que su asesora Hope Hicks dio positivo el miércoles pasado, luego de viajar y trabajar con el presidente, Trump decidió ignorar los protocolos para personas que han estado en contacto con casos positivos y viajó el jueves con una comitiva a un acto de recaudación de fondos en Nueva Jersey. El gobernador de ese estado ahora ha solicitado que los aproximadamente 200 asistentes a esa reunión se sometan a pruebas y consideren la cuarentena.

Y el domingo, aún en el hospital, Trump decidió violar las normas recomendadas por los expertos. Fue una locura, opinó el doctor James Phillips del Centro Médico Walter Reed, al reaccionar a la decisión del magnate de salir ese día de su sección aislada para subirse a una camioneta con el fin de saludar a seguidores reunidos afuera del hospital. Señaló que los agentes del Servicio Secreto que lo tuvieron que acompañar pusieron sus vidas en riesgo por teatro político.

Una nueva encuesta de CNN registra que dos tercios de los estadunidenses opinan que el presidente se ha comportado de manera irresponsable con los que tiene a su alrededor desde que fue diagnosticado y desconfían de lo que informa la Casa Blanca sobre su salud. En tanto, 60 por ciento reprueba el manejo de la crisis de salud pública por el presidente.

Justo antes de enfermarse, la estrategia electoral de Trump era buscar cómo desviar la atención de su flanco político más vulnerable: su manejo de la pandemia. Al contagiarse hizo lo opuesto y por ello la urgencia de salir del hospital y proclamarse conquistador del Covid-19 lo más pronto posible.

Para Joe Biden y los demócratas, todo esto ha sido un regalo, ya que uno de los puntos centrales del argumento para expulsar al presidente vía el voto era su manejo irresponsable de la pandemia y sus consecuencias.

Mañana, el debate entre aspirantes a vicepresidente

Por ahora, el próximo acto nacional en la contienda es el debate entre los candidatos a vicepresidencia, el republicano Mike Pence y la demócrata Kamala Harris, programado para este miércoles.

Las encuestas más recientes ofrecen razones para que Trump y su equipo se enfermaran realmente, o como algunos que se deleitan en conspiraciones sospechan, como un acto más del reality show presidencial. Un sondeo de NBC News/Wall Street Journal registra una ventaja de 14 puntos de Biden (fue de 8 puntos hace un mes); y aún más sorprendente, goza de un ventaja de 27 puntos entre los votantes de la tercera edad. Un promedio de las principales encuestas muestra que la ventaja del demócrata se ha ampliado a 8.5 puntos, según el cálculo de RealClearPolitcs.

Aún más preocupante para Trump es un incremento muy reciente en la ventaja de Biden en algunos estados claves que podrían determinar el resultado final, como Pensilvania y Florida y ahora en Arizona, donde el avance del demócrata se ha ampliado a 8 puntos en un estado que desde 1996 siempre ha votado por el candidato presidencial republicano.

Mientras, la crisis de credibilidad nutrida por el gobierno de Trump ha llegado a un nivel en el cual ni la opinión pública estadunidense ni la comunidad internacional cuentan con información básica y confiable sobre la salud del presidente del país más poderoso del mundo.