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Convierten en su hogar fábrica abandonada más de 100 personas

Unas carecen de empleo y dinero para pagar renta; otras fueron desalojadas por sus familiares

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▲ La señora Catalina Portocarrero, de 65 años, y su hermana Rafaela, de 67, viven desde hace años en los módulos del campamento Residente, los cuales funcionan como hogar de personas que tienen necesidad de vivienda.Foto Luis Castillo
 
Periódico La Jornada
Martes 6 de octubre de 2020, p. 31

Una fábrica abandonada considerada como inhabitable se ha convertido en el hogar de alrededor de un centenar de personas, quienes carecen de empleo y dinero para pagar una renta, fueron corridas por sus familiares o están a la espera de un crédito.

El campamento Residente está ubicado en la calle Oriente 217, número 194, colonia Agrícola Oriental, en Iztacalco, donde han sido levantados 28 módulos, en uno de los cuales viven las hermanas Catalina y Rafaela, de 65 y 67 años, respectivamente.

Sus familiares aprovecharon el fallecimiento de sus padres y que la casa que habitaban en Tláhuac estaba intestada para correrlas, pero el apoyo de una organización social les permitió levantar su casita.

Mireya Santa vive también en el campamento con su esposa y su hijo desde que se inició la emergencia sanitaria por Covid-19, pues ya no me fue posible continuar pagando la renta donde vivía.

Su esperanza de contar con un departamento la mantiene en pie para seguir luchando por una mejor vida, pues son miles las personas que no tenemos techo, pero mientras acondicionamos este módulo para estar un poco mejor con mi familia, dijo.

El apoyo de todos permitió quitar el cascajo que había en la fábrica, que para muchos era un lugar inhabitable, donde no teníamos paredes ni techos y menos ventanas, y construir módulos, que son nuestras casas, los cuales ya suman 28, comentó Itzel Yasmín.

Se trata, agregó, de un espacio temporal que tiene muros, techo de lámina y ventanas, en espera de contar con una vivienda propia, y donde se tiene una biblioteca y una cooperativa cultural, un gallinero y un centro de abasto, así como una cooperativa de agricultura urbana, donde se cosecha sandía, cilantro, pepino, melón, fresa y flor de calabaza; y un comedor, donde “te alimentas bien, a bajo costo, lo cual nos permite contar con ingresos y apoyarnos, pues ya somos una gran familia, a la que se quieren sumar otros miembros, pero no hay espacio.

Organizaciones sociales estimaron en 150 mil la demanda de viviendas y la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México señaló que se tienen 867 asentamientos humanos irregulares con más de 50 mil viviendas, 1.8 millones de habitantes no reciben agua potable diariamente y 358 colonias carecen de ese servicio para uso diario.