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Durante exequias, familiares de jóvenes baleados en Cuernavaca claman justicia
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▲ El velorio de Diego Miranda Bautista se realizó ayer en su domicilio, en Cuernavaca, Morelos. El adolescente de 15 años fue asesinado la noche del martes durante el funeral de su amigo Axel por un comando que irrumpió en el lugar y mató a 7 personas más.Foto La Jornada
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 5 de septiembre de 2020, p. 27

Cuernavaca, Mor., Juan Carlos Miranda Neri, padre de Diego Miranda Bautista, adolescente de 15 años, quien fue acribillado en un velorio junto con otras siete personas, exigió al gobierno de Morelos justicia para su hijo y que paren los asesinatos en la entidad, sobre todo contra los jóvenes inocentes, como su hijo.

En medio de un dispositivo de seguridad, resguardado por elementos de la Guardia Nacional se efectuó el sepelio de los ocho muchachos que fueron asesinados por un comando la noche del 1º de septiembre en la colonia Antonio Barona de Cuernavaca.

El papá de Diego dijo que “fue un muchacho con un potencial enorme, jugador, máster, campeón y bicampeón en la copa Prode de México y quien estaba a punto de irse al Cruz Azul o al Pachuca”. Consideró que no es justo que lleguen unos hijos de la chingada a quitarle la vida, arrebatarle su sueño. ¿Qué les hizo? Es una tontería lo que dicen ellos (el gobierno) que (mi hijo) era parte de eso.

Aseguró que Diego estaba dedicado de tiempo completo a estudiar y jugar futbol. Ese día llegó a su casa después de su entrenamiento y pidió permiso a sus padres para asistir al velorio de su amigo Axel, quien murió un día antes en un accidente vial en la autopista Cuernavaca-Acapulco.

Pidió permiso para acompañarlo un rato, venía de entrenar, porque él lo hacía casi todos los días. Se fue con su hermano, no tardó ni media hora cuando pasaron las cosas (el ataque a balazos), dijo.

Al siguiente día el gobierno estatal difundió un comunicado de prensa en el que aseguró que, según las primeras indagatorias, se determinó que la agresión se derivó de la operación de grupos delictivos de la zona y cuenta con información sobre los responsables, por lo que el padre de Diego pidió no manchar el nombre de su hijo con pendejadas; era un buen niño, con un enorme corazón.

Durante los velorios y exequias, la exigencia de los familiares de las víctimas fue la misma: justicia, que detengan a los responsables del multihomicidio y paren los asesinatos en el estado.

Justicia sí, porque si ya saben quiénes fueron, ¿qué espera el gobierno para actuar contra ellos? ¿qué haya más niños inocentes muertos?