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Activistas piden a la CIDH medidas para proteger cenotes por Tren Maya
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 18 de mayo de 2020, p. 26

Mérida, Yuc., La Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch Xíinbal (Andan paseando juntos o Pasear juntos, en lengua nativa) y el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura solicitaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitir medidas cautelares con el fin de proteger los cenotes de la península de Yucatán de los daños que pudiera ocasionarles el megaproyecto del Tren Maya.

La petición de ambas agrupaciones, enviada el 16 de mayo a la CIDH, explica al organismo la urgencia de proteger el acuífero subterráneo compuesto por cenotes (que conforman rutas internas de agua natural), del que dependen los pueblos mayas de los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán, y así salvaguardar sus derechos al agua, a un medio ambiente sano y al desarrollo de una vida digna.

“Sin los cenotes no hay posibilidad de tener territorio maya, ni tampoco acceso al agua. Si se contaminan también se afecta la vegetación, así como la fauna.

Así, la destrucción y la contaminación sistemática de los cenotes en la península de Yucatán es una amenaza para nuestra vida como pueblo indígena maya. Para defender la existencia misma de nuestros territorios necesitamos proteger el sistema de cenotes del cual se sostienen, advirtieron.

Las citadas agrupaciones calculan que en toda la península hay alrededor de 5 mil cenotes, aunque se desconoce la cantidad de los ríos subterráneos que los alimentan y están contaminados o deteriorados.

En un comunicado, la Asamblea de Defensores y el Consejo Civil informaron que en su solicitud a la CIDH le expusieron que la construcción del Tren Maya amenaza con recrudecer la ya vulnerable situación ambiental del sistema de cuerpos de agua, propiciada por que en el pasado el Estado mexicano permitió, toleró y participó en su deterioro al impulsar megaproyectos turísticos, inmobiliarios y agroindustriales, que utilizan y contaminan sus aguas.

Las organizaciones indicaron que los tres niveles de gobierno han sido omisos en asegurar una infraestructura adecuada y suficiente para tratar aguas residuales y manejar residuos sólidos, además de que otorgan concesiones para carga y descarga de agua operadas sin control ni medidas de prevención o mitigación, arriesgando el patrimonio histórico, de identidad y cultural de los pueblos mayas, así como su salud y sus vidas.

Múuch Xíinbal y el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura sostienen que los daños a los habitantes se agravarán con el Tren Maya, al implicar la edificación de nuevas ciudades y zonas turísticas, agroindustrias y estaciones, para atender hasta a 4 millones visitantes anuales a la región.

Argumentan que el Tren Maya se prepara en un contexto regional de conflictos socioambientales vigentes, caracterizados por el despojo de bienes comunales. Asimismo, prevén que el megaproyecto agudizará y aumentará estas pugnas con impactos sobre el medio ambiente y el sistema de cenotes negativos, y en muchas ocasiones irreparables.