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En el mercado de la Portales, como si no existiera pandemia
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▲ Sólo unos cuantos marchantes son los que salen precavidos para atender a la clientela.Foto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Domingo 5 de abril de 2020, p. 29

Apenas se entra en el mercado de la Portales y se escucha: ¡Pásele, pásele! ¿Qué va a llevar, güerita? ¿Qué se le ofrece? ¿Qué busca?.

Los gritos salpican saliva que pocos ven, pero si se observa con detenimiento se alcanzan a percibir gotitas que caen en la carne, fruta y verdura porque el gritón no usa cubrebocas, recomendación principal para evitar contagios por Covid-19, que se contagia entre humanos a través de las gotículas.

A pesar de la emergencia sanitaria para reducir la propagación de la pandemia, en el centro de abasto más grande de la alcaldía Benito Juárez pareciera que eso no existe.

Este sábado hubo mucha gente en los reducidos pasillos y en algunos puestos se aglomeraron los clientes que esperaban su turno en largas filas sin guardar distancia.

Locales de cremería, carnes, frutas, abarrotes, verduras y comida lucían llenos de clientes. El reducido espacio entre más de 600 puestos era insuficiente porque aquí no hay pedidos a domicilio, comentó Julián, quien afanosamente atendía su puesto de verduras.

Sobre tarimas para ver entre torres de mangos, papayas, manzanas y melones, Arturo ofrecía la fruta como siempre: ¡Aquí está lo que buscaba! ¿Qué va a llevar? El tono aumenta cuando detecta a los buscadores de mejores precios.

El joven no usa cubrebocas y desde una altura que supera el metro disputa a su clientela. Pese al riesgo, son pocos los comerciantes que respetan las disposiciones, al igual que los clientes.

En los tianguis tampoco se acata la medida de que se instalen sólo puestos de productos perecederos y alimentos elaborados para llevar, como los que hubo en las colonias Tabacalera y Lomas de Sotelo.

Otro caso es el de la calle Bajío, en la Roma Sur, en el que de 67 puestos solamente 31 eran de giros permitidos; en los restantes se vendían ropa, zapatos, bisutería, cosméticos, perfumería, películas pirata, juguetes y hasta había una carpa para leer el tarot.

Otros mercados sobre ruedas optaron por no colocarse, como el de Sullivan, en la San Rafael, y el popular bazar del oro, en la Roma Norte.

Gloria Ocampo, encargada del tianguis de la calle Ezequiel Montes, en la Tabacalera, recorre los establecimientos y no duda en apercibir a los vendedores, particularmente en la zona de comidas preparadas para evitar que sus clientes se aglomeren mientras esperan.

Yo era una de las incrédulas. Decía: no, esto no y ni siquiera usaba cubreboca, pero un familiar está internado en un hospital y en su teléfono muestra una foto del diagnóstico médico que confirma coronavirus.