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Avanza el virus
La crisis del Covid-19 no está bajo control, reconoce Trump
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 17 de marzo de 2020, p. 5

Nueva York. El sistema de educación pública más grande del país cierra, San Francisco y alrededores ordenan a la gente a resguardarse en casa y sólo salir para necesidades esenciales, la compra de armas se dispara, cierra la Estatua de la Libertad y Donald Trump dice que su respuesta a la crisis merece 10 de calificación.

Tras casi dos meses de minimizar la crisis y que hace apenas una semana declaró que se desvanecerá, el presidente de repente cambió su tono y ayer reconoció que la crisis del coronavirus no está bajo control y que podría permanecer así hasta julio y agosto.

Recomendó que por los próximos 15 días gente de edad avanzada permanezca en casa, que todos eviten reuniones de más de 10 personas, el cierre de escuelas y que la gente suspenda viajes discrecionales y visitas sociales.

También por primera vez reconoció que esta crisis podría detonar una recesión económica y advirtió que espera que el virus continúe todo el verano. Eso poco antes de que la Bolsa de Valores de Nueva York concluyera con su peor jornada desde 1987 con un desplome de casi 13 por ciento a pesar del anuncio de la radical reducción de la tasa de intereses por la Reserva Federal a casi cero.

El Congreso continuó evaluando por lo menos dos paquetes de asistencia para el manejo y mitigación de las consecuencias de la crisis de salud. La Suprema Corte ha postergado por primera vez presentaciones orales de casos, y el proceso electoral continuó siendo descarrilado por la crisis, con esfuerzos para postergar elecciones primarias en Ohio y Kentucky.

Comercio no esencial

El sistema de educación pública de la ciudad de Nueva York, el más grande del país, canceló clases desde ayer, y las autoridades de los estados de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut ordenaron el cierre de todo comercio no esencial, y limitaron a restaurantes, bares y cafés ofrecer sólo servicio para llevar o entregas a domicilio, o cerrar por completo. Varios estados anunciaron medidas parecidas.

En San Francisco y los cinco condados de la área de la Bahía en el corazón del llamado Silicon Valley, incluyendo San José, autoridades locales ordenaron que residentes se resguardaran en sus hogares por tres semanas y sólo salir para solucionar necesidades esenciales, la medida más extrema y sin precedente en el país.

El domingo, el gobernador de California solicitó que todo residente mayor de 65 años de edad permanezca en su hogar, y pidió no abrir bares, antros y los famosos viñedos del estado.

En Florida, el lugar más feliz del mundo, el complejo turístico de DisneyWorld será clausurado por el resto de este mes.

Con medidas parecidas en el país, la vida cotidiana de millones de estadunidenses se ha descarrilado en formas casi impensables, con las consecuencias económicas y sociales apenas empezando a sentirse en hogares, pueblos, ciudades por todo el país, nutriendo la incertidumbre y revelando la gran vulnerabilidad y fragilidad del país más poderoso del planeta.

Mientras, la venta de armas se ha disparado en varios estados estas últimas semanas, con filas largas frente a tiendas para comprar lo que dicen son necesidades básicas –como rifles semiautomáticos AR-15– para su protección personal y la de sus familias, reportan Los Ángeles Times y The Guardian.

En tanto, continúan versiones reveladas por un periódico alemán de que Trump personalmente intentó negociar con grandes sumas la compra de derechos para el uso exclusivo en Estados Unidos de una vacuna contra el Covid-19 en desarrollo en Alemania. Aunque la empresa rechazó la versión, el mayor inversionista en la empresa dijo que fue Trump personalmente quien intentó negociar con la empresa CureVac. La mandataria alemana, Angela Merkel, declaró que la controversia fue resuelta.

Hoy el conteo de infectados en este país superó 4 mil 500 con 85 muertos.

La ciudad silenciada

En Nueva York, lo primero que se nota es una reducción del ruido en esta urbe siempre escandalosa las 24 horas al día. En sus más de 200 idiomas su población comenta y reacciona sobre el virus y sus consecuencias para sus millones de trabajadores y sus demasiados millonarios.

Turistas varados en una ciudad cada vez más clausurada buscan qué hacer sin museos, teatros, antros, restaurantes. Los 1.1 millones de estudiantes en el sistema de educación pública de repente expulsados sin previo aviso por un alcalde que mostró de nuevo su falta de liderazgo ahora esperan sus clases por Internet.

Esta capital cultural mundial ahora tiene a incontables músicos, actores, danzantes, cómicos y todos los trabajadores detrás de los escenarios de repente silenciados y paralizados. Sin embargo, algunos empiezan a aparecer en las calles y algunas plazas para intentar consolar a la cada vez más poca gente en las calles y avenidas.

Se agradece un poco de ruido.