Economía
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83 Convención Bancaria
México está en deuda con los pobres

El reacomodo requiere buscar la forma de incentivar la inversión

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Apostamos a lo digital, afirma Alejandro Valenzuela.Foto Marco Peláez
 
Periódico La Jornada
Miércoles 4 de marzo de 2020, p. 19

México “está en deuda con la población más pobre del país”, afirma Alejandro Valenzuela, director general de Banco Azteca. Por ello, dice, el viraje que ha dado la administración pública para poner mayor énfasis en temas sociales es algo positivo que impulsa el desarrollo y, por ende, los niveles de crecimiento.

El banquero expresa que la contracción económica que tuvo el país en 2019 no es algo nuevo. No nos hagamos tontos. México, en los últimos 25 o 30 años, ha tenido tasas de crecimiento muy por debajo de lo que se requiere para generar empleo, oportunidades y niveles de vida que queremos todos.

Admite que a lo largo de 2019 hubo retraso en la dispersión de recursos de los programas sociales impulsados por el gobierno federal, pues se trata de una cantidad que nunca había sido entregada, pero para 2020 Banco Azteca prevé dar 8 millones de apoyos, 3 millones más que el año pasado.

En entrevista previa a la 83 Convención Bancaria, a realizarse los próximos 12 y 13 de marzo, Valenzuela indica que, aunque hay avances en la regulación diferenciada propuesta hace un año por los organismos reguladores del sistema financiero para bancos grandes, medianos y pequeños, hasta no ver, no creer.

Destaca la convicción de la administración federal por combatir la corrupción, pues es un lacerante y un cáncer que ha afectado a la población mexicana en años re cientes.

–¿Qué balance se puede hacer de la economía del país en el primer año de gobierno?

–El 2019 fue complicado para el país por varias razones.

“México tuvo una transición gubernamental, y cada vez que tenemos una la economía se desacelera. Es entre lo que sale la administración en turno y llega la nueva. Lo primero que pasa es que en los últimos seis meses de la saliente se deja de invertir y de hacer cosas por estar entregando, y la entrante va entendiendo su labor. Esa combinación de factores conlleva a que la curva de aprendizaje desacelere la economía.

Los fundamentales económicos

“Celebrar, en el caso de México, la contundencia por el gobierno federal de cuidar los fundamentales económicos. La obsesión por tener finanzas públicas sanas, cuidar que la inflación se mantenga baja y el Banco de México conserve su autonomía, un nivel cambiario relativamente estable con periodos de apreciación importantes. Eso lleva a ver que los ingredientes para ir buscando el crecimiento se están dando, una nueva priorización de temas.

“El gobierno está en toda la facultad de hacerlo, de poner énfasis en temas como la pobreza, porque estamos en deuda con ella en el país. Una visión más orientada al sureste. Esa región necesita crecer mucho más y reducir los niveles de marginación y pobreza que nos lastiman a todos.

Hay un reacomodo que requiere buscar la forma de incentivar la inversión privada, la pública, con el fin de lograr las tasas de crecimiento que queremos y sabemos que tenemos que lograr. Pero en los últimos 25 o 30 años, no nos hagamos tontos, México ha tenido tasas de crecimiento muy por debajo de lo que se requiere para generar empleo, oportunidades y niveles de vida que queremos todos.

–¿Qué es necesario para elevar el crecimiento, ante una expectativa menor a 2 por ciento a la mitad del sexenio?

–Hay cuestiones que debemos trabajar para ayudar. Necesitamos una educación mejor, que nos ponga en el conocimiento y a la altura del mundo tecnológico. Éste cambia demasiado rápido y el planeta no nos va a esperar. Debemos generar mayor capacidad de infraestructura.

“Tenemos que trabajar en el estado de derecho, debemos llegar a la contundencia de que la gente tenga la certeza de que sus derechos y obligaciones van a estar ahí y se van a respetar. Que los ciudadanos entiendan y trabajen con esos parámetros de ética y moral, pues lo hemos perdido, se ha devaluado. Sin duda, para el Presidente ha sido una obsesión atacar la corrupción. Es un lacerante, un cáncer de la sociedad, y hemos sido permisivos con ella. La está combatiendo el gobierno, hay que celebrarlo y ayudar para mejorar el país.

Son temas que hay que resolver. No es tema que la inversión se va a dar y las condiciones a crear.

La entrega de apoyos

–¿Cómo va Banco Azteca en la dispersión de recursos de los programas sociales?

–Llegamos ahí por la infraestructura que tenemos. No sabíamos que habría programas sociales como éstos hace cinco años. De pronto llega López Obrador con un mandato claro y una prioridad es hacer llegar esos apoyos a los rincones más remotos del país, y ver que Banco Azteca puede ser aliado nos da mucho orgullo.

–¿Hubo retrasos en la dispersión? De ser el caso, ¿aún los hay?

–El año pasado entregamos recursos de programas a cerca de 5 millones de mexicanos. Hubo una curva de aprendizaje al principio. Algo que se hace de la nada, llevarlo a buen puerto es complicado. La maquinaria, hoy día, está fluyendo y pensamos que en Banco Azteca vamos a poder hacer llegar recursos a más de 8 millones de mexicanos a lo largo de este año.

Ya entendimos cómo hacerlo todos. Esto es un éxito realmente formidable. La realidad se ve en que, cuando el Presidente no está visitando algún rincón del país el fin de semana, un termómetro es lo que la gente comenta. A principios del año pasado era que los recursos no llegaban, pero hoy es raro. Qué mejor termómetro para ver la eficacia de esos programas que esto. Llegará a 28 o 30 millones de mexicanos, y eso no tiene antecedente en la historia del país.

El crédito

–Banco Azteca, como banco popular, ¿qué ve en materia de crédito?

–Ha crecido y respaldado mucho los apoyos del gobierno federal a millones de mexicanos, que dan capacidad de tener recursos que ayude a los habitantes a estar en otro nivel de vida. Eso se ha permitido, porque en el sector popular el núcleo familiar es la esencia de esas economías. Les da la protección para emprender nuevas actividades, como continuar estudios o herramientas motrices. El crédito ayuda a que esas familias estén en mejores condiciones, y esa confianza permea y hace que el crédito crezca.

Se ha reflejado en los números. Los programas sociales están beneficiando a muchos mexicanos que de otra forma no estarían en mejor situación.

–¿Qué panorama hay para los microcréditos?

–Estamos pensando que debemos ver más el crédito grupal como individual. Tenemos que valorar más el riesgo crediticio del individuo que el grupal. Nos hemos volcado en hacer crecer más la visión microcrediticia en el individuo, porque muchas veces en la parte grupal nos encontramos con gente que no paga y uno paga por los otros. Eso generaba fricciones muchas veces.

Pensamos colocar en 2020 millones de microcréditos, refinanciar al menos 5 o 6 millones de clientes. Y nuevos, uno o 2 millones. Crecemos 10 o 12 por ciento en capacidades este año, y apostamos a lo digital.

–¿Cómo se avanza en la regulación diferenciada para bancos grandes y pequeños?

–Se está caminando. No es un tema fácil. Tenemos que debatirlo y dialogar. Pero Banco Azteca es de los que piensan que debe haber regulación diferenciada, pues atendemos nichos de mercado distintos. La forma en que se nos debe analizar y dar seguimiento tiene ópticas distintas. Somos un banco popular, por definición. Los riesgos que tomamos son distintos. Muchas veces hemos visto que contar con una regulación del mismo nivel, pareja, genera arbitrajes que no son buenos para que el país tenga una buena inclusión financiera.

Hay avances, pero se debe llegar a buen puerto para poder cacarear. Sé que hay progreso, pero soy de los que no creen hasta que no ven. Hasta el momento no la veo, y no la creo, pero sí la quiero ver.

Una versión más amplia de esta entrevista puede ser consultada en https://bit.ly/2VOAeTM