Mariel Hawley celebraba ayer su designación como la mejor nadadora del año por la Asociación Mundial de Natación en Aguas Abiertas (WOWSA, por sus siglas en inglés), pero sobre todo se mostró orgullosa por 10 años de alcances en su proyectos de cruces con causa.

Desde su fundación Queremos Mexicanos Activos, con sus cruces, Mariel Hawley ha ayudado a personas con cáncer, a mujeres en reclusión, a niños que requieren cirugías de paladar hendido, lo mismo que la satisfacción de alentar a la población hacia una vida saludable mediante Nado por mi Corazón, iniciativa que hace 10 años inició Antonio Argüelles.

En el proyecto, ahora dirigido por la hija del nadador, Ximena Argüelles, se espera que este año alrededor 120 mil personas cumplan el reto de nadar un kilómetro, del 14 al 21 de febrero en más de 240 albercas de todo el país.

Arüelles, por cierto, se hizo acreedor a su tercer galardón de parte de la WOWSA, esta vez en el rubro de legado del año por su libro Travesía interminable, en el que narra su experiencia como nadador desde la adolescencia, hasta que se convirtió, a los 58 años, en el hombre de mayor edad en completar el reto de Los Siete Mares.

Hawley, quien secundó a Argüelles en esa hazaña de siete cruces en canales de Asia, Europa, América, África y Oceanía, valoró primero el hecho de haber estado nominada junto con otras nadadoras que admira, entre ellas, la estadunidense Elizabeth Fry, quien hizo los Siete Mares a los 60 años, y la legendaria mexicana Nora Toledano, con quien completó el año pasado, en el Estrecho de Cook, el circuito de aguas abiertas más complejas, compuesto además por los canales Del Norte, Catalina, Molokai, De la Mancha, y los estrechos de Tsugaru y Gibraltar.

Explicó que estar en esa lista era un privilegio, y se impuso a Nora Toledano aunque es un reconocimiento que como nadadora Nora lo merece sin duda alguna, tras compartir que su esposo falleció de cáncer, y que a la vez ha impulsado sus hazañas, algunas de ellas al lado de sus hijos Andrea y Eduardo, con quienes nadó el Estrecho de Gibraltar.

“Ha sido un proyecto de familia, que inició con mi padre, que es doctor y me pidió ser voluntaria para las cirugías de niños; después recaudaciones para personas con cáncer, a petición de mis hijos después de que falleció su padre.

Creo que todos estos cruces han tenido mucho sentido, y por eso creo que iniciativas como Nado por mi Corazón, son relevantes todas las instituciones que participan, pero relevantes somos todos y cada uno en la generación de conciencia para prevenir enfermedades, anotó Hawley.