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Drumming llevó al público del Blas Galindo por senderos armónicos

SAFA Ensamble y percusionistas de la Escuela Carlos Chávez tocaron la pieza de Steve Reich de 1971

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Drumming se divide en cuatro partes, en las que intervienen bongós, marimbas, voces y una flauta piccolo.Foto Luis Castillo
 
Periódico La Jornada
Lunes 3 de febrero de 2020, p. 8

Escuchar Drumming, la pieza más larga que compuso el estadunidense Steve Reich, con los ensambles SAFA y de la Orquesta Escuela Carlos Chávez, es una experiencia única.

El concierto, que se efectuó el sábado en el auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes, es difícil de describir por todo lo que pueden transmitir los ritmos con bongós, marimbas, glockenspiels (juego de timbres) y la flauta piccolo.

La música de Reich fue como un viaje para los músicos y para el público. Fueron más de 50 minutos de repetición, desfase de sonidos y dulces armonías.

SAFA y los jóvenes de la Orquesta Escuela Carlos Chávez transmitieron las armonías que Reich plasmó en las cuatro partes de Drumming, las cuales se interpretan sin pausas.

Antes de iniciar el concierto, Diego Rojas, director artístico de SAFA Ensamble, ofreció una breve explicación de la pieza compuesta por Reich en 1971.

La obra está construida con un patrón rítmico que los músicos ejecutan en diferentes notas o en distintos lugares del compás, pero siempre es ese patrón rítmico. Un elemento que también se usa es la construcción por suma de notas del patrón rítmico o por la resta de notas o la suma de silencios.

Rojas explicó que Drumming está dividida en cuatro partes. La primera es para cuatro pares de bongós afinados puestos sobre una base y tocados con banquetas; la segunda es para tres marimbas interpretadas por nueve percusionistas junto con dos voces de mujeres; la tercera es para tres glockenspiels ejecutados por cuatro percusionistas junto con la flauta piccolo. La cuarta sección es para todos los instrumentos y voces.

El director artístico comentó que no se necesita entender la música, sino disfrutarla. “Para nosotros, Drumming es un viaje, así que disfrútenlo”, invitó al público.

Proceso de creación gradual

Con Drumming, Reich consolidó su objetivo de presentar la música como un proceso de creación gradual: los instrumentos iniciales establecen el ritmo tocando de manera alternada una nota a la vez. De pronto, uno de los intérpretes empieza a ir más rápido que el otro hasta crear el patrón rítmico.

Max Carreón, Alejandro Inda, Edmundo Langner y Diego Rojas, de SAFA, comenzaron la primera parte con los bongós, luego, de manera sutil, entró el sonido de las marimbas con los chicos de la escuela Carlos Chávez. En este movimiento se sumaron las voces de Carol Paola López y Coral Sabrina Díaz del Ensamble Vocal del Sistema Nacional de Fomento Musical, que eran como susurros que se distinguían perfectamente imitando el patrón rítmico.

La dinámica de Drumming siguió con el suave sonido de los glockenspiels. Aquí, hipnotizadas por el patrón rítmico, las personas movían cabezas, manos o pies, siguiendo las combinaciones tímbricas.

La cuarta parte fue maravillosa por la armonía de los ritmos con todos los instrumentos que se escuchaba a la perfección. Todo fue dinámico y controlado, y el final sorprendente.

El público salió del auditorio satisfecho y maravillado por el viaje musical que realizó con la obra de Steve Reich.