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Antonio Malpica retrata ‘‘la intimidad y las fuerzas tirantes que armonizan una casa’’

El narrador dedica su novela más reciente, Imagina que no hay cielo (Editorial Océano), ‘‘a todos los jóvenes de corazón, de 12 a 80 años’’

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▲ El escritor Antonio Malpica, en entrevista con La Jornada, sostiene que leer su nuevo libro es igual a ‘‘comerse una pizza’’.Foto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Jueves 30 de enero de 2020, p. 4

Callar las cosas cuando se sienten implica el riesgo de pagar un pesado silencio de años. La advertencia es de Antonio Malpica, quien habla en su obra más reciente, Imagina que no hay cielo.

En entrevista con La Jornada explica: ‘‘Si tuviera que definir mi libro, es una novela que habla de que nunca es tarde para componer las cosas. Justo a veces tienes que llegar a cierta edad para darte cuenta de eso”.

Toño Malpica (Ciudad de México, 1967), autor de varias novelas para el público infantil y juvenil, tiene 52 años; unos 20 más que un par de sus personajes de este libro, unos 20 menos que otros dos.

También es lección de vida: ‘‘Entre hermanos sí te puedes dar de moquetes, y aun así no dejarse de querer”, cuenta respecto del libro recientemente publicado por Editorial Oceáno, en el que un falso papa Juan Pablo II se cruza en la familia Oroprieto, ante dos hermanos diametralmente opuestos reunidos en una estafa para tener algo de dinero en diciembre de 1995 y una madre poco afectuosa en un pueblo en algún lugar de México, hechos que desencadenan las casi 370 páginas de ese trabajo publicado por el sello Gran Travesía de Océano.

‘‘Es curioso cómo funcionan las relaciones dentro de las casas. Nos podemos llevar de la greña, pero que nadie se meta con alguien de tu familia porque brincas”; ahí hurga Malpica, ‘‘en los caldos que se cuecen en una casa, de intimidad y de la relación de muchas fuerzas tirantes que consiguen cierta armonía.”

Como ‘‘comerse una pizza”, así, igualmente disfrutable es este trabajo, que espera sea algo divertido, con cierta crítica ahí como ingrediente intermedio, pues no hay que mirar tan arriba y sí hacia los lados; ‘‘pero todo en tono de broma, con el ritmo humorístico hasta el final”.

Hay novelas, explica, que ‘‘simplemente las escribes para pasártela bien y deseando que el lector se la pase igual que tú. Imagina que no hay cielo me permite reafirmar que sí te puedes divertir como escritor y lector”.

Al igual que su libro Más gordo el amor, obedece a ser una novela sin grandes pretensiones, pues sólo se desea que el lector se interese por la historia y siga hasta el final. Entonces, ‘‘aparece este hombre muy parecido a Juan Pablo II y te preguntas, ¿qué pasaría si…?, y se desencadena todo. Implica divertirse, pero además hacer que los personajes sufran la transformación que tú necesitas para que también valga la pena ser leída”.

Crisis y secuelas del error de diciembre de 1994

La crisis económica que asoló a México después del llamado error de diciembre en 1994 es el ambiente en el que se desarrolla la historia. Un tiempo en el que miles perdieron sus empleos y las personas que los conservaron vieron que su salario se reducía en su poder adquisitivo. A Antonio Malpica le tocó vivir esa época.

‘‘La novela es para todos los jóvenes de corazón, de 12 a 80 años”, bromea; acepta que a diferencia del público infantil, al que los padres muchas veces son los que proponen los libros, los jóvenes tienen más capacidad para decidir y se eligen más por recomendaciones de amigos.