La polémica que desató la exhibición del cuadro La Revolución, del pintor Fabián Cháirez, en el Palacio de Bellas Artes, definido como una representación de un Zapata afeminado, se extendió ayer a la gira que sostuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador en la cuna del Caudillo del Sur, en el estado de Morelos. El mandatario llamó a la tolerancia y aseguró que hasta en las familias hay diferencias.

Estoy seguro que si viviera, con nosotros anduviera, agregó el tabasqueño en medio de un recuento de la participación que tuvo el general Emiliano Zapata en la gesta revolucionaria.

En la unidad deportiva de la comunidad de Anenecuilco, en el municipio de Ayala, Morelos, donde nació el revolucionario, el presidente López Obrador fue recibido con una protesta de integrantes de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), quienes lanzaron consignas como: ¡Retire la pintura de Bellas Artes!, ¡Fuera esa ridícula pintura!

Además, reclamaron apoyos para el campo y pidieron el esclarecimiento del asesinato del activista Samir Flores. Los gritos, en los que también hubo insultos, se mezclaron con porras de respaldo al mandatario.

Fueron casi tres minutos de recorrido desde que el Presidente bajó de su camioneta, con un trayecto en el que hubo tensión, hasta un primer filtro en el que la mayoría de los manifestantes dejaron de seguir al mandatario. Aun así, un par de personas insistieron por dos minutos más en el resto del trayecto con pancartas: La termo es muerte y Samir vive.

Momentos antes, Jorge Zapata González, nieto de Emiliano Zapata, consideró un cinismo venir a la cuna del general Zapata manteniendo la exposición en Bellas Artes, y tras aseverar que no se ha respetado al revolucionario en las conferencias de prensa en Palacio Nacional, aseguró que con la pintura se le denigra.

Al preguntarle por qué califica esa obra como negativa para la figura de su abuelo, sólo indicó que se está denigrando a Emiliano Zapata porque lo pintaron como afeminado, tras lo cual dio por concluida la entrevista.

Ya dentro de la unidad deportiva, donde se desarrolló un encuentro con pobladores de la demarcación, el ambiente fue radicalmente distintos y en calma.

Hay diferencias, como siempre. Decía yo, ahora que saludaba, que hasta en nuestras familias tenemos diferencias y hay que ser tolerantes, no todos podemos pensar de la misma manera. Tenemos, eso sí, que respetarnos, indicó el jefe del Ejecutivo, quien dejó claro que pese a la oposición seguirá visitando los pueblos de Morelos para cumplir con los compromisos que ha hecho.

Recordó que un 6 de enero, pero de 1915, Venustiano Carranza expidió la ley agraria, para tratar de quitarle la bandera de lucha por el campo, pero en realidad el precursor fue Zapata.

Antes del acto en la unidad deportiva de Anenecuilco, junto con el gobernador de Morelos, Cuahutémoc Blanco, y los secretarios de Desarrollo Territorial y Urbano, Román Meyer, y de Agricultura y Desarrollo Agropecuario, Víctor Villalobos, el Presidente visitó el museo Casa Zapata, en el que se encuentra la vivienda donde nació el Caudillo del Sur.

En ese acto, Meyer indicó que con recursos federales se concluyeron 15 obras en Anenecuilco, por un valor de 193 millones de pesos, entre las que se encuentra la renovación del zócalo, la rehabilitación de la avenida Lázaro Cárdenas, del museo Casa Zapata, plazas públicas y el deportivo.

Más tarde, López Obrador anunció que al igual que en dichas obras, intervendrán pueblos originarios que han quedado abandonados, entre ellos, las ocho comunidades yaquis, de Sonora.