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El tecladista Bobby Sparks II actuó en el foro Bajo Circuito
 
Periódico La Jornada
Sábado 2 de noviembre de 2019, p. 8

Se puede escuchar música debajo de un puente durante casi seis horas, sobre todo si lo que suena es funk, jazz y electrónica o una fusión de todo esto. La noche del jueves el multiforo urbano Bajo Circuito abrió sus puertas a los melómanos chilangos que querían conocer lo nuevo de Bobby Sparks II.

Él es un tecladista que ha trabajado con figuras de la talla de Prince, Tower of Power y Ray Charles, entre muchos otros, cuyo proyecto llegó por primera vez a México acompañado de dos bandas del país.

Entre paredes grises y destellos de luces, el público iba llenando el foro ubicado en el Circuito Interior. Alrededor de las 10 de la noche, Soultik –banda formada en la Escuela del Rock a la Palabra– subía al escenario para mezclar el rap con el soul, más tarde agregarían ritmos africanos. Las cabezas y hombros de los asistentes no tardaron en comenzar a moverse, celebrando los sonidos.

Una flauta transversal, un piano, guitarra, bajo y batería se encargaron de crear las melodías que acompañaron la vigorosa voz de la vocalista de Soultik. Terminado su acto, el público le pidió una canción más, y los músicos complacieron. Las cervezas iban y venían, mientras en el Bajo Circuito la temperatura aumentaba a causa de la concurrencia y el movimiento de los cuerpos al ritmo de la música.

Más tarde, la segunda banda mexicana complacía a los asistentes con un funk lleno de energía, encabezado por un saxofón. En el reducido escenario, los seis miembros de Fiusha ejecutaban escalas tanto en el bajo como en el teclado, teniendo que cuidar sus movimientos para no generar interferencia entre los instrumentos musicales.

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▲ Sparks II ha trabajado con Prince y Ray Charles, entre otros.Foto cortesía ActMedia

Cinco minutos antes de la medianoche, Bobby Sparks II y su banda hacían su aparición sobre el escenario. Las pocas mesas y sillas que había fueron entonces abandonadas. El público que aún no lo había hecho dejó sus asientos para acompañar a los estadunidenses con aplausos al ritmo de su música.

Tras la primera pieza, Sparks presentó a los integrantes de su banda, ocasión que aprovechó para invitar al público a cantar. The Battlespark Galactica, como es llamado el conjunto de sintetizadores que Bobby utiliza como instrumento, fue protagonista en distintos momentos. El músico de origen texano demostró al público mexicano su virtuosismo, improvisando asombrosas escalas, dotándolas de diversos timbres.

Durante casi dos horas, la nave de sintetizadores de Sparks II recreó los sonidos del álbum Schizophrenia: The Yang Proyect, material definido por el tecladista como manera poco ortodoxa de hacer música. Nuestra cultura realmente no ama la música, más bien gravita hacia lo que nos han enseñado que nos debe gustar.