La exigencia del gobierno de México a Estados Unidos de brindar protección material y legal a los connacionales que se encuentran en su territorio, así como la de cualquier migrante, debe ser acompañada con la demanda de que cesen hostilidades, prejuicios, discriminación y el discurso de odio, tanto hacia los extranjeros como hacia los ciudadanos estadunidenses de ascendencia extranjera.

Demandó lo anterior la asamblea consultiva del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), tras condenar el crimen de odio en El Paso, Texas, el 3 de agosto, en el que han perdido la vida ocho mexicanos.

Señaló que esta situación también debe llamar a reflexionar sobre el peso que tienen ciertas opiniones y actitudes en el país, pues ha comenzado a gestarse un fuerte sentimiento de xenofobia contra los indocumentados.

Además, día con día se extiende un clima de polarización ideológica que, de no modificarse, corre el peligro de normalizar actos violentos.