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Ciudad perdida

La pugna IECM-Congreso por ley

S

erá el próximo lunes cuando se escenifique lo que podría ser la última batalla de la guerra entre el Instituto Electoral de la ciudad y el Congreso local por la Ley de Participación Ciudadana, que lo que menos ha logrado es, precisamente, la participación de los habitantes de la ciudad.

Y no es nada nuevo, desde 1928 se ha intentado dar a la ciudadanía un instrumento de inclusión en las decisiones del poder, pero nunca, en ningún momento, pese a lo que se diga, se ha logrado consolidar la participación deseada y, debemos decirlo, no por falta de interés ciudadano, sino porque conceptualmente los partidos políticos, todos, la han instrumentado como una forma de dominación y no como el canal de inclusión ciudadana en las tareas de gobierno.

A la fecha, todo hace pensar que se requiere reinventar el instrumento con condiciones diferentes y valores más cercanos a las necesidades de una población que se niega a ser comparsa de los intereses corporativos de los partidos políticos a los que ha servido hasta ahora la ley recientemente modificada, y recusada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que impidió que las discusiones y la puesta en marcha de la ley se pospusiera.

Fue la queja de una vecina de la colonia Juárez ante esa instancia la que obligó a ese máximo tribunal a impedir que la ley se fuera hasta 2020, y por mandato del tribunal las elecciones del consejo ciudadano tendrán que hacerse este mismo año, pero sólo en la colonia Juárez, hasta ahora.

Decimos hasta ahora porque el Partido Acción Nacional, hoy día más débil que nunca y apenas patalea, ha tratado, por todos los medios, es decir, los que ya conocemos y que son propios de ellos, de convencer a algunos otros habitantes de algunas otras colonias de interponer recursos de amparo que se conjunten con la decisión del TEPJF.

Para ser más claros, el PAN tratará de confundir para ganar, lo que hace siempre, y busca en esta nueva aventura tener de cómplice al Instituto Electoral de la ciudad, que seguramente mañana viernes propondrá que la consulta y la elección que marca la Ley de Participación Ciudadana –y las obligaciones que eso significa: el presupuesto participativo y los órganos de representación vecinal– se efectúen en toda la ciudad de una vez.

Hay quien apuesta a que el IECM no irá a esa batalla decisiva, pero hasta donde se sabe hoy el organismo está dividido, y como no hay una dirección firme que cuando menos oriente esas decisiones con las ideas de lo más conveniente para la ciudadanía, pues nadie está seguro de lo que vendrá, aunque las apuestas nos aseguran que el organismo se vestirá de azul.

De pasadita

Muy pronto, en el Congreso de la ciudad habrá que cambiar a quien coordina la junta política del organismo. Los azules, que no significan casi nada en cuanto a representación popular, pretenden mandar a uno de los suyos a encabezar la coordinación, mientras Morena busca que sea una diputada la que se eche a los hombros el desastre que ahora significa el Congreso.

Hay quienes hablan de la petista Circe Camacho, quien, aunque muy joven, y también por eso, podría salvar este primer Congreso con orden e ideas más claras. El rumbo que requiere una ciudad que no dudó en emitir su voto es perfectamente bien interpretado por Camacho, quien podría componer esto que se ha vuelto inmanejable. De ser así, otra cosa se verá en esta capital y su Congreso. Ya veremos.