Opinión
Ver día anteriorMartes 2 de julio de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Negocios y empresas

Mecanismo perverso

P

ase lo que pase con Emilio Lozoya y su pandilla de cuello blanco, es urgente que el gobierno de López Obrador acabe con las subsidiarias de Pemex que tienen autonomía en sus finanzas para evitar nuevos robos y el derroche de recursos del país. Ese proceso está en marcha, pero todavía hay fugas importantes.

Muchos de los grandes negocios ilegales en las empresas productivas del Estado se han realizado al margen del consejo de administración. Es cierto que algunas operaciones fraudulentas pasaron por los secretarios de Energía y de Hacienda, así como por otras autoridades de primer nivel, pero parte de los negocios sucios en Pemex se hicieron por conducto de subsidiarias que no requería la autorización de los consejeros de la empresa.

La mayoría de las transacciones ilegales se hicieron en paraísos fiscales, lo que generó movimientos entre cuentas empresariales, personales e instituciones financieras. En algunas operaciones se mencionan a bancos nacionales, en especial a Banco Azteca, de Ricardo Salinas, como son los casos de Fertinal y Repsol. Es importante ese dato, porque una de las instituciones financieras en que se apoya el gobierno para los subsidios a los sectores menos favorecidos es precisamente ese banco.

Entre los casos que se han mencionado de negocios poco transparentes en el sexenio pasado ligados a Pemex se encuentran los de Odebrecht, Repsol, Seadrill, Astilleros Barrera, Oceanografía, Fertinal y Agronitrogenados. En teoría, las subsidiarias de la paraestatal que operaban fuera del presupuesto se conformaron para agilizar las operaciones, sin tener que enfrentar a la burocracia ni reportar a la administración central. Entre decenas de firmas hechas a modo destaca Grupo PMI, con operaciones en múltiples países europeos y paraísos fiscales.

En la práctica, esas subsidiarias se convirtieron en una cueva de ladrones y realizaban todo tipo de operaciones irregulares.

Por la razón anterior, uno de los cambios que requiere Pemex con urgencia es cancelar las subsidiarias autónomas para que todas las operaciones importantes de compraventa y contratación de financiamiento queden bajo la responsabilidad del consejo de administración. Así se evitará parte de los malos manejos que generaron pérdidas multimillonarias a los mexicanos mediante Pemex.