La escritora, socióloga e investigadora de danza, Patricia Camacho Quintos, encontró en la poesía una manera de flotar en la realidad, y está convencida de que nadie nos salva de nada y cada quien es responsable de su sobrevivencia.

Mis primeros maestros de arte fueron los bailarines, pero la poesía siempre ha estado en mí; quienes me inculcaron la manera de desnudarme interiormente para mostrarme en palabras fueron los bailarines al verlos con sus pies descalzos y con sus almas desprovistas en el escenario, explicó.

En el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, Camacho Quintos presentó el miércoles su poemario más reciente, Con el alma descalza, en el que revela sus formas de ver a Dios, el amor y la locura.

El libro, que reúne 39 poemas, forma parte de la colección Once Mil Vírgenes, que coordinan las poetas Leticia Luna y Maricruz Patiño, en Ediciones La Cuadrilla de la Langosta.

Camacho relató que desde su infancia la poesía ha estado presente en su vida: “De niña escribía poemas de ínfima calidad sin tener ninguna formación; era muy intuitiva, digamos. Fue hasta que entré a Casa Lamm que mostré poemas que tenía escritos hace muchos años.

En 1986 murió mi abuelo trágicamente, y la manera que encontré de comunicarme con él fue a través de la poesía. Escribí poemas que estuvieron guardados 20 años hasta que llegué a la maestría de poesía en Casa Lamm y la maestra Maricruz Patiño me dijo que el material era publicable.

Esos poemas, indicó Camacho, aparecieron en el libro AMORtajada de MUERTE y otros poemas, después publicó Cantos a Julio Amor, Beshaba (viento negro).

En Con el alma descalza, poemas que empezó a trabajar desde hace siete años, la autora expone sus emociones sin reparo, con sinceridad y sin adornos. Con esta publicación me quité una losa de la espalda, me siento liberada y feliz.

En la presentación, la autora leyó sus poemas Necesito tener a Dios a la mano, Cicatriz, Cruz de plata, Beso, El silencio, Con el alma descalza, Miedo y Tú, Luna, los cuales fueron acompañados por la música de Mariana Chávez.

El poemario de Patricia Camacho Quintos fue presentado por los poetas Roberto López Moreno y Ramón Bolívar, así como el coreógrafo e investigador Javier Contreras Villaseñor.