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Estar en forma significa alimentar las neuronas, según Julio Camejo

El actor y cantante cubano participa en la obra Soltero, casado, viudo y divorciado, en el teatro Tepeyac

 
Periódico La Jornada
Jueves 16 de mayo de 2019, p. 6

Desde muy pequeño en su natal Cuba, el actor Julio Camejo se habituó al mundo del espectáculo y la cultura. Los amigos que visitaban a sus padres eran la bailarina Alicia Alonso, y los músicos Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, lo que despertó su deseo de estar en esos ámbitos.

Tiempo después ingresó a la Escuela Nacional de Arte, en La Habana.

Ahora, definió: Soy un sincretismo de dos culturas y obrero del arte. Mi formación fue en teatro dramático, pero comencé con musicales explicó en entrevista con La Jornada.

Camejo, quien ha desarrollado su carrera profesional en México, donde reside y ha formado una familia, se integra al elenco de Soltero, casado, viudo y divorciado, comedia de hombres que se presenta los fines de semana en el teatro Tepeyac, donde comparte escenario con Alfredo Adame, Manuel Landeta y Antonio Escobar, dirigidos por Fernando Nesme.

Sobre sus inicios en el medio artístico, dijo: Comencé con estudios en ballet y música, pero tiempo después se me rompió el talón de Aquiles y por eso entré al arte dramático. Llegué a México cuando tenía dos años; después regresé a la isla, y por ahí de 1989 volví a este país, el cual fue mi destino. Estoy convencido, parafraseó, de que un hombre, más que a sus orígenes se debe a su destino.

Al responder sobre si se considera más mexicano que cubano, se sube la camisa y dice: Tengo un tatuaje abajo del corazón con la figura de México. En realidad, Julio es sincrético. No puedo decir que soy 100 por ciento mexicano o cubano porque sería irrisorio. Soy producto de la unión de dos culturas, dos religiones, dos formaciones, dos crianzas, dos patrias. Es decir, Julio Camejo es un tipo a quien le gusta la música de banda, pero también baila salsa.

No sólo debemos exigir

Pero “más allá del trabajo, de una casa, un lugar, los amigos… México me dio lo más grande que Dios puede darle a un hombre: mis hijos. Por eso vivo y muero por este país”.

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▲ Camejo creció entre los mundos del espectáculo y la cultura, dijo a a este diario.Foto Ana Mónica Rodríguez

A Camejo le preocupa la violencia del país o los árboles que se talan para construir grandes edificios; también, los menores que padecen cáncer, a los cuales visitó el pasado Día del Niño para llevarles juguetes.

Actualmente, regresar a tu casa con vida es ahora un logro. Nosotros tenemos que empezar a hacer algo como ciudadanos. No puedes pretender que una sola persona cambie el país, sino ser parte de la transformación. Hay que exigir al gobierno, pero también nosotros debemos reflexionar qué estamos haciendo. En el caso de la violencia, aunque no limita mi vida, se ha vuelto terriblemente cotidiana.

En torno a su profesión, expresó que busca llegar hasta donde todavía no he soñado. Filmar una película con Will Smith o ser dirigido por Alfonso Cuarón son algunos referentes que llegan a su mente.

La idea es pensar cómo haces para que eso suceda, alimentar tus sueños y prepararte. Estar en forma significa alimentar las neuronas, sobre todo, en este momento cuando el mundo del entretenimiento es volátil y el público exige mejores contenidos, además de que se está mudando a las plataformas donde elige qué ver, en qué momento y con quién.

Por ello debemos cambiar y evolucionar sabiendo que antes la competencia era el de la televisora de al lado; ahora son Will Smith y Ben Affleck, literalmente. Los latinos ya no sólo tienen papeles de mecánicos o servidumbre; también protagónicos.

El actor, que creció viendo a sus padres montar coreografías y ha encarnado diversos personajes, aseguró: Soy un tipo muy afortunado porque la gente no me ve como una estrella, sino como un amigo, lo cual me deja un mejor sabor de boca.

Las funciones son los viernes 19 y 21 horas y los sábados 17 y 19 horas en el teatro Tepeyac (calzada de Guadalupe 497, colonia Estrella, Gustavo A. Madero).