Sociedad y Justicia
Ver día anteriorSábado 27 de abril de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Primera causa de muerte por intoxicación

Permanecen durante años en el suelo y el agua

 
Periódico La Jornada
Sábado 27 de abril de 2019, p. 33

Los plaguicidas son considerados la primera causa de muerte por intoxicación voluntaria (186 mil fallecimientos anuales por autoenvenenamiento) en el mundo. Se estima que existen más de mil sustancias tóxicas que se emplean como plaguicidas para la protección de los cultivos contra insectos, hongos o plagas, pero sus afectaciones se extienden a la tierra y el agua destinada a los sembradíos, así como a los alimentos que se busca proteger.

El daño a la salud humana es múltiple, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS), pues afecta a los ecosistemas con los que interactuamos, pero también a quienes trabajan en la producción de los alimentos y a quienes los consumen.

La organización multinacional advierte que si una persona entra en contacto con grandes cantidades de uno de estos productos, puede presentar una intoxicación aguda y sufrir efectos adversos a largo plazo, entre ellos cáncer y trastornos de la reproducción.

De acuerdo con las cifras y datos más recientes emitidos por la OMS, muchos de los plaguicidas más antiguos y baratos que ya no tienen patente, como el diclorodifeniltricloroetano (DDT) y el lindano, pueden permanecer durante años en el suelo y el agua.

Prohibidos, pero se seguirán usando

Pese a que muchas de estas sustancias han sido prohibidas en los países signatarios del Convenio de Estocolmo de 2011 –cuya finalidad es eliminar o restringir la producción y uso de contaminantes orgánicos persistentes– reconoce que los plaguicidas aún están presentes en países pobres o en vías de desarrollo, y debido al crecimiento poblacional que se prevé para 2050, los mismos no dejarán de emplearse en la agricultura.

Recordó que desde 2014, en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) se emitió el Código Internacional de Conducta para la Gestión de Plaguicidas para regular su manejo desde su producción hasta su eliminación. Destacó que entre las metas de la OMS se incluye hacer que se prohíban los plaguicidas más tóxicos para el ser humano y los que permanecen durante más tiempo en el medio ambiente, y proteger la salud pública mediante el establecimiento de límites máximos de residuos de los plaguicidas en los alimentos y el agua.