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El otro Abierto: la infraestructura

Planeación y logística, vitales para disfrutar del torneo de tenis

Ahora la concurrencia es del doble

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▲ En el estadio del AMT se realizó la entrevista sobre el área de infraestructura con los ingenieros Román Pérez (director administrativo) y Fernando Anaya (director operativo).Foto cortesía Alejandra Noguez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de febrero de 2019, p. a12

Acapulco, Gro., ¿Qué tan complejo es hacer el Abierto Mexicano de Tenis (AMT) en un lugar como Acapulco? Les aseguro que más de lo que se imaginan. En especial para Mextenis, promotor del acto, porque no cuenta con una sede propia: todas las instalaciones que se montan para el torneo son temporales y se utilizan tan sólo para la semana del Abierto y las qualis.

Pero hay muchos más secretos del arduo trabajo que nos platica Román Pérez, director de Infraestructura del AMT.

Nos tardamos aproximadamente ocho meses en planear y coordinar todo lo que son proveedores, patrocinadores y demás elementos necesarios la semana el torneo. Son muchas piezas y dependemos de muchos elementos que tienen que estar completamente sincronizados. Es un gran trabajo de logística para que todas las áreas funcionen correctamente, afirma Román, quien lleva ya tres años encargado de la infraestructura del AMT.

El evento se ha transformado completamente en la última década y se ha realizado una expansión considerable en todas las áreas. Deportivamente hablando, el Abierto tiene mucho mayor impacto a escala internacional, creciendo en tamaño y en imagen. Por eso, el torneo solicita más espacio en infraestructura y en capacidad, porque la gente quiere venir al puerto a vivirlo y disfrutarlo en persona.

El trabajo de montaje es tan complejo que incluso se mueven y trasplantan las palmeras que adornan el resto del año los jardines del hotel que cede sus instalaciones para poder montar la zona comercial (comida y stands de las marcas). Mextenis cuenta con un departamento de jardinería y se utilizan hasta 20 mil plantas para adornar todos los rincones del complejo.

Román es una persona autocrítica que sabe los pros y contras del lugar y entiende que para mejorar necesita encontrar los pequeños espacios que permitan que la gente se lleve el mejor sabor de boca del evento, la organización y la experiencia de vivir el tenis en Acapulco.

Cuando le pregunté cómo se imaginaba el AMT, me contestó: “con una sede propia, me gustaría brindar un mejor servicio con innovaciones y siempre la mayor seguridad; queremos tener estadios con más espacios y gradas seguras para disfrutar los grandes partidos que se dan en el torneo.

Estoy muy agradecido con Mextenis y con todas las personas que trabajamos en el Abierto. En total son 30 empresas y 250 personas en Acapulco las que entregamos lo mejor de nosotros para que la gente pueda disfrutar de una experiencia inolvidable, indicó.

Fernando Anaya, director operativo de Infraestructura del AMT, cuenta con 18 años de experiencia como parte de la organización. A Fernando le tocó cuando el torneo era parte de la serie 250 de la Asociación de Tenistas Profesionales (ahora es 500), y cuando se jugaba en arcilla, antes de cambiar a canchas duras.

Su participación es clave para que todo se lleve a cabo con normalidad y los espectadores disfruten del evento sin contratiempos. Las historias y anécdotas que conoce del Abierto se las llevará a la tumba, pero sin su trabajo los partidos no se podrían llevar a cabo.

El torneo comenzó con tribunas con capacidad para 4 mil 500 aficionados en el estadio y ahora el aforo es para el doble de personas, lo que requiere mayores servicios sanitarios y de confort, para poder disfrutar de los encuentros. Incluso se mejoró el espacio para medios de comunicación, con cómodas instalaciones con todo lo necesario para que los periodistas realicemos nuestro trabajo durante el evento.

Nuestro primer gran reto fue cambiar de arcilla a canchas duras porque no sabíamos si iba a tener buena respuesta; muchos de los tenistas, sobre todo los arcillistas latinos y españoles, que no querían el cambio; pero se tomó la decisión y salió bien. Desde el punto de vista de infraestructura era incluso menos complicado que tomar la decisión administrativa, pero fue todo un éxito, comenta Fernando.

Al igual que Román, Anaya coincide que ahora el nuevo reto es el crecimiento exponencial del evento. La gente sigue entusiasmada con ver a las grandes estrellas que visitan Acapulco y el Abierto demanda más espacio, sobre todo en las canchas secundarias donde también se llevan a cabo partidos de gran nivel.

Nos hemos podido adaptar a las necesidades, pero el crecimiento implica más infraestructura. Nos dimos cuenta que los baños eran insuficientes e hicimos una importante ampliación; lo mismo con la red hidráulica y ahora con el tema del consumo de electricidad, sobre todo en puntos estratégicos como zona de prensa, zona comercial e iluminación. Tuvimos que rentar más plantas de luz para robustecer la red eléctrica y brindar un servicio de primera, dice Anaya.

Acapulco es, hoy por hoy, el mejor evento de tenis de Latinoamérica, y uno de los más queridos por los jugadores en el mundo.