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Los cultivan 100 familias en Oaxaca y Chiapas con fines comerciales, señala el experto

Rescata investigador chiapaneco 28 de los 48 colores del algodón

Julio César Domínguez, quien encabeza el proyecto, también trabajará con Perú en el registro de las especies endémicas, con la finalidad de protegerlas de Monsanto

Foto
En uno de los campos de cultivoFoto cortesía de Julio César Domínguez Díaz
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 18 de octubre de 2016, p. 2

San Cristóbal de las Casas, Chis.

El investigador chiapaneco Julio César Domínguez Díaz rescató para uso comercial e industrial 28 de los 48 colores de algodón perdidos desde hace muchos años para esos fines, mediante el cultivo de más de 200 hectáreas en Oaxaca y Chiapas.

En México antes de la Colonia había 48 tonos de verde, rojo, café y gris, así como la gama de coyuchis (color de lomo de coyote, según del náhuatl antiguo). Prácticamente desaparecieron, pues sólo eran utilizados en rituales, señaló en entrevista.

El también historiador aseguró que mediante el Corporativo Julio Domínguez, encabezado por el académico, se dieron a la tarea de rescatar los 28 colores del algodón que tiene la ventaja de ser orgánico. El siguiente paso es exportarlo a Alemania.

Comentó que desde hace 25 años comenzó la lucha por conseguir este sueño. Para hacerlo realidad buscó el respaldo de las autoridades de Chiapas.

Aunque inicialmente a ningún gobierno le interesó apoyar con créditos a los productores, hace tres años se creó un programa en Oaxaca que llevó a una alianza entre el corporativo y la delegación de la Secretaría de Economía en la entidad. Por medio de un acuerdo se entregaron créditos a 100 familias, comandadas por mujeres para la siembra del algodón en la costa de ese estado.

Nosotros damos la semilla y el gobierno un crédito para un paquete productivo, a fin de que se siembre. Posteriormente, compramos la cosecha a las 100 familias.

Uso ritual

Domínguez Díaz recordó que hace muchos años en Chiapas y otros estados del país se cultivó la fibra sólo para uso ritual, “es el caso de los mixes de la Sierra y los pueblos de la Costa Chica y Grande de Oaxaca y Guerrero. Desapareció y apareció en Guatemala, luego en Perú, así como en Pantelhó y Venustiano Carranza, Chiapas, donde también se siembra para ese uso.

“Aunque –aclaró– para uso ritual siempre ha estado disponible; no desapareció, pero comercialmente se acabó, tanto que las variedades se quedaron totalmente criollas sin alcanzar los tamaños que con el mejoramiento obtuvo el blanco.”

Señaló que en Oaxaca –donde ya se producen hilo, textiles y mezclilla terminada– se han creado empleos para 225 familias que cultivan 156 hectáreas de algodón orgánico que el Corporativo Julio Domínguez les compra a precio de garantía, esto es según como amanece en la Bolsa de Valores de Nueva York.

Otra parte de la producción, añadió, se lleva a Oaxaca y se desfibra en Nochixtlán, donde se hace el hilo, lo que ha generado empleo para cerca de 60 familias.

Señaló que en el municipio de Cintalapa, Chiapas, se tiene un campo experimental de 55 hectáreas que se trabaja en conjunto con la Universidad Narro, para sembrar 3 mil hectáreas y hacer de ese valle una región de algodones endémicos orgánicos.

Armando Rodríguez García, rector de esa institución y profesor de carrera de ingeniería en ciencias agrarias, explicó que de algunos colores sólo tenían dos o tres semillas que ya se reprodujeron y son investigadas para su caracterización.

Domínguez comentó que el algodón de colores se perdió en México durante la Colonia, debido a que se creía que sólo lo blanco tenía valor; fue un modelo de esa época y de la corona española (impuesto) en América para sobajar, reducir la capacidad de pensar, de ser.

Señaló que, como parte del proyecto, se firmó un acuerdo con el gobierno y la Universidad de la Molina, de Perú, para el rescate de algodones de colores en ese país y promover la siembra con miras a exportar la cosecha a Alemania.

Tenemos un preacuerdo para registrar las variedades México-Perú y evitar que empresas como Monsanto se apoderen del registro de la semilla. La idea es formar una alianza México-Perú con miras a conquistar el mercado europeo con algodón orgánico, aseveró.

Ellos viven del algodón pima y han conservado las semillas, pero no han hecho proyectos de extensión de cultivos. Fue a partir de una reunión que tuvimos el año pasado, con el entonces presidente peruano, Ollanta Humala, y funcionarios del Ministerio de Agricultura, que acordamos llevar mi experiencia a ese país y crear un megaproyecto de rescate y registro de semillas endémicas de colores del Perú antiguo, agregó.

Sostuvo que sus objetivos son rescatar el algodón endémico de colores y con ello mejorar la calidad de los textiles artesanales con la finalidad de generar un proyecto de desarrollo económico para crear empleos e industrias algodoneras en Chiapas y Oaxaca, una buena alternativa para estas entidades con altos índices de pobreza.