Sociedad y Justicia
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Encuesta del Conapred en cinco estados y el Distrito Federal

Patronas no permiten completar estudios a empleadas domésticas

Promedio de edad, 35 años; 21% comenzaron a laborar antes de los 15

 
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de abril de 2015, p. 31

Aunque la edad promedio de las trabajadoras domésticas es de 35 años, muchas menores se emplean en los hogares y comienzan a laborar incluso antes de lo que permite la ley.

De acuerdo con el estudio Condiciones laborales de las trabajadoras domésticas, que presentó el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), 36 por ciento de las encuestadas comenzaron cuando eran menores de 18 años y 21 por ciento tenían entre 10 y 15 años; es decir, no contaban con la edad legal para trabajar. En contraste, una de cada 10 encuestadas supera los 55 años.

La muestra incluye 2 mil 483 encuestas, mil 240 realizadas a empleadoras y mil 243 a trabajadoras del hogar de Jalisco, Baja California, Chiapas, Nuevo León, Puebla y Distrito Federal, que representan las diferentes zonas geográficas y regiones socioeconómicas del país.

Entre las razones para dedicarse a este oficio, 81 por ciento respondió que por necesidad económica y factores de pobreza, como escaso logro educativo y falta de oportunidades.

El promedio de antigüedad es de 8.5 años, pero una de cada cuatro trabajadoras ha pasado más de 10 años desempeñando este empleo.

El estudio indica que 49 por ciento nació en la ciudad donde labora y 51 es migrante interna; el mayor número proviene de Chiapas, con 24 por ciento.

Es frecuente que el tipo de ocupación sea culturalmente heredado. Más de la mitad afirmó tener algún familiar que se dedica a lo mismo.

El grado de escolaridad no es determinante en la contratación. El 43 por ciento refirió que no concluyó la secundaria, mientras 84 por ciento de las empleadoras contestaron que no permiten a las trabajadoras seguir estudiando para completar su instrucción.

Las empleadas respondieron que en muchas ocasiones se enfrentan a abusos graves, desde acoso sexual, acusaciones falsas de robo, despido injustificado o por embarazo, accidentes de trabajo sin que los empleadores se hagan responsables, hasta revisiones a sus pertenencias, maltrato verbal y físico, trato con desprecio por apariencia indígena y la prohibición de hablar una lengua que no es el español. La mayoría aseguró que se les restringe el uso de baños de la familia y a poco más de la mitad el uso de la lavadora de ropa.

Sólo una de cada 10 trabajadoras del hogar acude con alguna autoridad para resolver el conflicto laboral porque desconocen la existencia de instituciones para denunciar.

Debido a la falta de legislación, incentivos fiscales y aseguramiento flexible, el del hogar es un trabajo casi totalmente informal, no sólo porque no tienen seguridad social, sino porque en casi todos los casos el acuerdo es de palabra. El esquema más usual de contratación es el de entrada por salida en una sola casa.

El 46 por ciento de las consultadas trabajan entre nueve y 15 horas, con sueldos semanales promedio entre mil 128 (de planta) y mil 75 pesos (de entrada por salida).