Cultura
Ver día anteriorViernes 27 de marzo de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Astro de Hollywood y primo segundo de Ricardo III, con 16 grados de separación, asiste al funeral

Después de cinco siglos entierran, ahora con pompa, al rey del aparcamiento
Foto
Aspectos del nuevo funeral del monarca Ricardo III, ayer, en la catedral de LeicesterFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Viernes 27 de marzo de 2015, p. 7

Londres.

Ricardo III reaparece después de más de cinco siglos. El monarca inglés del siglo XV que murió en combate, fue enterrado en el anonimato, denigrado durante centurias y apareció debajo de un estacionamiento, fue sepultado ayer con pompa en presencia de la realeza, dignatarios religiosos y el astro de Hollywood Benedict Cumberbatch.

Cumberbatch, estrella de la serie Sherlock, leyó unos versos de la poeta Carol Ann Duffy durante el servicio fúnebre en la catedral de Leicester. Genealogistas de la Universidad de Leicester, que escudriñaron el árbol genealógico del monarca hasta el hartazgo, identificaron a Cumberbatch como primo segundo de Ricardo, con 16 grados de separación.

El servicio fue la culminación de un proceso que comenzó cuando los arqueólogos descubrieron un esqueleto en 2012. Las pruebas de radiocarbono, análisis óseos y ADN confirmaron que los restos pertenecieron al rey Ricardo III y suscitaron la curiosidad e interés del público.

El pasado domingo, miles de personas se alinearon en las calles al paso del féretro en carruaje desde el lugar de la batalla de Bosworth, donde cayó abatido en 1485, el último rey inglés que murió en combate.

Rosas blancas

Phil Stone, presidente de la Sociedad Ricardo III, dijo que una estatua de bronce del monarca en la ciudad estaba cubierta de rosas blancas, símbolo de la Casa de York. La gente empieza a darse cuenta de la injusticia que se cometió con el rey Ricardo, afirmó Stone, quien durante años ha hecho campaña para reivindicar la empañada reputación del monarca.

Ricardo III fue derrotado y depuesto por las fuerzas de Henry Tudor, quien reinó como Enrique VII, poniendo fin a una disputa por el trono conocida como Guerra de las Rosas. Ricardo fue enterrado, sin féretro, en una iglesia que después fue demolida.

En su obra Ricardo III, Shakespeare lo representa como un villano jorobado. Muchos historiadores lo acusan de haber asesinado a sus dos sobrinos jóvenes, rivales potenciales del trono. Otros creen que en su reinado de 1483 a 1485 aplicó reformas como el derecho a fianza y el levantamiento a las restricciones a los libros y las imprentas.

El funeral fue conducido por Justin Welby, arzobispo de Canterbury. La reina Isabel II –emparentada por línea lejana con Ricardo, aunque no descendiente– no asistió. La familia real estuvo representada por Sophie, condesa de Wessex, esposa del hijo de la reina, el príncipe Eduardo.