Cultura
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¿Ser editor es romántico? Sí, pero enamorarse tampoco deja dinero
 
Periódico La Jornada
Lunes 16 de marzo de 2015, p. 7

Ediciones Sin Nombre se ha mantenido durante dos décadas como una editorial pequeña, reconocida hoy, sobre todo, por sus libros de poesía. Son 20 años de trabajo, con 450 títulos publicados, todos ellos vivos, que se encuentran en 14 colecciones, que incluyen ensayo, narrativa y traducciones. Entre sus autores se encuentran Tomás Segovia, Hugo Gutiérrez Vega, Esther Seligson, Daniel Sada, Rainer María Rilke, Angelina Muñiz-Huberman, Elías Nandino, Alberto Blanco y Stéphane Mallarmé.

Trabajar en pequeño “tiene muchas ventajas; una es que si entras en crisis no te afecta tanto. Decía en broma: somos tan delgados que si sopla el viento nos ponemos de lado y no nos pega. Tiene muchos defectos también: no creces en la profesionalización, no consolidas una presencia comercial, aunque sí la hemos conseguido ante los lectores. El problema de la distribución sigue siendo muy grave; las librerías mexicanas no han entendido lo que pasa en el mundo editorial mexicano, salvo el Fondo de Cultura Económica, que sí abre espacio a los editores independientes y tiene una feria anual que resulta un éxito. La última vez se juntaron más de 70. Uno dice que este es un país masoquista, que no se lee, se compra poco libro, y hay 70 editores independientes; entonces algo pasa. Tenemos que mandar al sicoanálisis al mundo cultural para saber qué sucede, pero también es cierto que hay una convicción de que es un trabajo que hay que hacer.

Algunos amigos me dicen que exagero, pero creo que lo más importante que le ha pasado a la cultura mexicana en los recientes 20 años son las editoriales independientes, y el desafío que enfrentan es conseguir lo que dice el apellido: independencia, porque una de las formas que han encontrado para sobrevivir los sellos independientes es el de la coedición.

Y sí, ser editor es un poco una idea romántica. Pero, son las ideas que siguen dándonos razón de vivir. Si quieres hacer dinero, no pongas una editorial. ¿Ser editor es romántico? Sí es romántico, pero enamorarse tampoco te da dinero; vivir contento en la vida tampoco da dinero, da otro tipo de cosas, concluye José María Espinasa.