Para que el programa Prospera funcione, se deben destinar recursos adicionales a la política productiva con el fin de reincentivar el campo y desaparecer los apoyos asistenciales, aunque para el gobierno federal es más redituable electoralmente respaldar a los más de 6 millones de familias que a unos miles de agricultores, sostuvo Genaro Aguilar, investigador de la Escuela Superior de Economía del IPN.

El gobierno federal tampoco desaparece acciones de Prospera que correspondían a Oportunidades, porque en su campaña presidencial Enrique Peña Nieto se comprometió a mantener ese programa, consideró.

Dijo que Oportunidades fue promovido por los dos gobiernos federales anteriores como el mejor programa de transferencias condicionada en el planeta. Señalaban que varios países de la región copiaron el modelo a México, con base en evaluaciones que hicieron por encargo a organismos privados, que arrojaban resultados favorables.

En entrevista, dijo que esos estudios no fueron rigurosos, pues no evaluaron el impacto global del programa y no explicaron por qué la pobreza crecía.

Mientras no se inyecten recursos para que millones de familias emprendan pequeños negocios, se reactive el campo y haya financiamientos para millones de personas, no habrá un resultado positivo, señaló.