Los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), como jueces, pero sobre todo, como mexicanos, no podemos ser indiferentes a las voces de reclamo de todos lo que sufren en su familia y en carne propia el dolor de la pérdida, la sensación de impotencia ante el crimen”, sostuvo el presidente de la segunda sala del máximo tribunal, Luis María Aguilar Morales.

Al rendir ayer su informe anual de labores como titular de la sala, Aguilar aseveró que nadie con conciencia, con sentido de hacer el bien, con solidaridad fraterna, puede ser indiferente a ese dolor, a esos reclamos, y nos unimos como uno solo, reprochamos abiertamente el delito, la violencia, la complicidad y la corrupción, que sólo demeritan a nuestro querido México.

Agregó que pocas veces en la historia de nuestro país la prevalencia del estado de derecho se hace indispensable para enfrentar los retos que la delincuencia y la corrupción generan en toda la vida nacional.

Al Poder Judicial le corresponde la gran responsabilidad de hacer valer la preminencia de los derechos humanos, de exigir y cumplir con la ley sin distinción ni temor, para lograr la convivencia armónica y pacífica que merecemos y exigimos todos los mexicanos, desterrando la arbitrariedad, el abuso del poder, el delito y la corrupción.

En tanto, el presidente de la primera sala, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien también dio cuenta de su labor, señaló que hoy nuestro país atraviesa por una grave crisis social, tenemos una sociedad con miedo, secuestrada por la violencia, y advirtió que el Poder Judicial no va a permitir la impunidad.

Gutiérrez sostuvo que la población confía en que, ante la gravedad de la situación que vivimos, la ley se cumpla en beneficio de la gente.

No escatimaremos esfuerzos combatiendo la impunidad y nadie está ajeno a este escrutinio, dijo el ministro, quien es uno de los seis togados que aspira a presidir la Corte a partir del próximo 2 de enero.

Hoy más que nunca, el Poder Judicial no va a permitir la perpetuidad de la violencia e impunidad, sostuvo.

Los jueces, subrayó, somos actores principales para responder a la necesidad de impartición de justicia y respeto a los derechos humanos. Es nuestra obligación y a ellos debemos nuestra investidura.

Agregó que al ser hoy el Día Internacional de los Derechos Humanos, debemos proteger y garantizar siempre las garantías fundamentales y que el papel de la Suprema Corte como garante de estos derechos es esencial para que el país continúe su desarrollo social y económico.

Ambos ministros, quienes aspiran a la presidencia de la SCJN, aprovecharon la tribuna que les dio la presentación de sus informes de labores para fijar postura sobre los recientes acontecimientos de violencia en el país –como la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa– y para tratar de convencer a sus compañeros de que los apoyen en su intento por suceder al ministro Juan N. Silva Meza en la presidencia del máximo tribunal.

En segundo plano quedaron las estadísticas y criterios de su actuación, en el que destacó el alto rezago en la resolución de asuntos ya que, en la primera sala ingresaron en total 4 mil 507 asuntos de los cuales se resolvieron 3 mil 109; en tanto que la segunda sala inició el año con 4 mil 489 expedientes, de los cuales se resolvieron 2 mil 963 casos.