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Trigésimo aniversario del Centro Vitoria
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l Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria OP AC cumple 30 años en la defensa y promoción de los derechos humanos en México. Creado en octubre de 1984 por los frailes de la Orden de Predicadores en el país (frailes dominicos), toma su nombre del ilustre fraile Francisco de Vitoria, dominico del siglo XVI, catedrático de la Universidad de Salamanca, España, considerado en Iberoamérica como pionero del derecho internacional, precursor de la defensa moderna de los derechos humanos y promotor de la sociedad de las naciones.

La contribución de militantes refugiados y asilados en México en los años 70 y en la década de los 80 fue fundamental para consolidar la experiencia en la defensa de los derechos humanos en México y, sobre todo, para impulsar la fundación de diversas organizaciones, entre ellas el Centro Vitoria.

En sus primeros años se ocupó de acompañar procesos de defensa de los derechos humanos en la región de Centroamérica, particularmente en El Salvador y Guatemala, aunque tres años después comenzó a ocuparse más plenamente de esta problemática en el país, gracias a la invitación que recibió de don Pablo González Casanova para colaborar en la redacción del Primer informe sobre la democracia en México, editado en 1988 por el Centro de Estudios e Investigaciones en Ciencias y Humanidades de la UNAM, con un capítulo sobre la situación de los derechos humanos en el país, primera aportación que una organización mexicana hizo en esta materia, en el contexto de la lucha por la democracia.

Actualmente su objetivo es promover una cultura de los derechos humanos mediante la incidencia política, la educación popular, la investigación y el análisis, así como la asesoría y defensa legal de personas y movimientos sociales que ven menoscabados sus derechos, utilizando para ello los mecanismos jurisdiccionales y no jurisdiccionales disponibles, nacionales e internacionales.

Junto con otras agrupaciones hermanas ha influenciado positivamente con sus trabajos las agendas de otras organizaciones civiles y organismos intergubernamentales, contribuyendo con una perspectiva crítica sobre la situación de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales en las poblaciones con peores condiciones de vulnerabilidad, en la promoción de los derechos humanos de las juventudes y en la defensa de los derechos a la libertad de expresión y a la protesta social, frente a la sociedad y las autoridades de todo poder y nivel. La lucha por la dignidad de todas las personas, la igualdad concreta de todas ellas, la justicia social y legal, así como la lucha contra la corrupción y la impunidad, ha llevado al Centro Vitoria a participar en la formación de redes solidarias y a levantar también su voz con otras organizaciones, pues está persuadido que se trata de una estrategia eficaz para la defensa integral de los derechos.

Por ello el Centro Vitoria fue cofundador y forma parte de la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todas y Todos; la Coalición de Organizaciones Mexicanas por el Derecho al Agua; el Frente por la Libertad de Expresión y la Protesta Social; la Campaña Nacional en Defensa de la Soberanía Alimentaria y, en el contexto de las llamadas reformas estructurales, en últimas fechas de la Coalición de Organizaciones contra el Fracking (fracturación hidráulica).

El planteamiento político de la organización es que la responsabilidad primordial del respeto, la protección, la promoción y la garantía de los derechos humanos es del Estado, sus tres poderes y todas sus autoridades. Lucha por ello en contra de su autovictimización, y aboga por responsabilizarlo de las violaciones que comete a los derechos humanos, por acción, omisión y/o aquiescencia. Considera fundamental el papel de la sociedad civil como un auditor de la función pública, desde la óptica de los derechos humanos, y respalda cualquier acción de defensa y promoción pacífica que recuerde a quienes detentan el poder que deben mandar obedeciendo.

Junto con otras organizaciones, durante estos años ha insistido también en la institucionalización de los derechos humanos, mediante marcos normativos y la conformación de instancias gubernamentales y/o autónomas a favor de éstos. Privilegia, sin embargo, el trabajo de base, convencido de que el cambio social vendrá de las personas que día a día y en cada contexto viven e identifican las injusticias. Apuesta por la visibilización de los grupos que sufren violaciones a sus derechos humanos, para que sean ellos quienes den testimonio de las arbitrariedades por las que pasan.

Durante 12 años ha realizado una escuela para promotoras y promotores juveniles de derechos humanos entre personas y grupos discriminados, de la que han egresado más de 500 jóvenes de ambos sexos, pertenecientes a diversos espacios y universidades, y que ahora construyen y realizan sus propios proyectos de defensa y promoción de los derechos humanos en donde viven, estudian y trabajan. Este proyecto no sería posible sin las herramientas metodológicas que la educación para la paz y la educación popular brindan, así como sin la interrelación con otros proyectos similares, y el intercambio con las experiencias de las mismas egresados y egresadas. En algunos momentos el Centro Vitoria ha realizado interlocución con los gobiernos, con una actitud responsable y participativa, pero jamás solapando desvíos en la centralidad de los derechos humanos y la dignidad de los pueblos y personas, su principal obligación. La apuesta de la organización es poner fin a programas asistencialistas o paliativos para la población, pues lo que interesa es que haya soluciones reales a problemas concretos, que repercutan en la transformación estructural de nuestra sociedad.